enero 09, 2025

Dependencia total de Dios


Dependencia total de Dios


Durante este mes estamos hablando sobre la vida de Abraham y cómo Dios lo llamó al engrandecimiento. La vida de Abraham tiene muchos eventos significativos que nos muestran por qué fue el hombre que Dios escogió para engrandecer.

Como sabemos, Dios llamó a Abraham a dejar su tierra. Al salir de ahí, también fue con él su sobrino Lot, quien algunos comentan que estaba con él tal vez adoptado por Abraham. Con el tiempo, Abraham comenzó a hacerse muy próspero, y como resultado, Lot también lo fue. Pero esa prosperidad comenzó a crear conflictos entre ambos grupos, por lo que tuvieron que separarse. Abraham maneja la situación de una forma admirable.

Entonces Abram dijo a Lot: "No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda." Génesis 13:8-9

Lot, como sabemos, elige la región de Sodoma y Gomorra, la cual después fue atacada por reyes que se aliaron y, junto con el saqueo, se llevaron a Lot. Esta noticia llegó a oídos de Abraham, quien, como sabemos, se había separado de Lot, pero no había dejado de ser importante para él. Así que Abraham reunió sus propios hombres y fue a rescatar a Lot. Ayudado por Dios, logra rescatarlo.

Lo que sucede después de esa victoria y su encuentro con Melquisedec es lo que nos llama la atención, y de este relato es de donde encontramos lecciones importantes.

La figura de Melquisedec

"Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey. Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino." Génesis 14:17-18

Antes de entrar en las lecciones, debemos tener en cuenta que la figura de Melquisedec es fascinante en la interpretación bíblica, ya que algunos lo ven como una manifestación de Jesús en el Antiguo Testamento y otros lo ven más como una figura o tipología de él. Se dice que era rey y sacerdote; en la Biblia, solo Jesús lleva ese título. Hebreos dice que Jesús es sacerdote según el orden de Melquisedec, porque no tiene principio ni fin, no hay genealogía, y es ahí donde entra la distinción de que es más una figura que una manifestación. Se dice que es rey de Salem, es decir, rey de paz, y Jesús es príncipe de paz. Sea cual sea la interpretación, esto refuerza el simbolismo de los puntos que vamos a tratar.

Debemos reconocer que el engrandecimiento proviene de Dios.

"Y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano." Génesis 14:19-20

Una de las cosas que debemos reconocer este año es que toda bendición proviene de Dios. Todo lo que recibimos, nuestras bendiciones, nuestras victorias, son bendiciones y victorias de Dios. Santiago dice:

"Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación." Santiago 1:17

Es una respuesta natural a la grandeza y bondad de Dios reconocer que todo proviene de Él. Es un acto que surge de la gratitud por todo lo que Él es y nos da. Reconocerlo aumenta nuestra fe, pues fortalece nuestra dependencia y reconocemos que no somos autosuficientes.

Podríamos decir que las cosas que tenemos son porque nos hemos esforzado, pero la Biblia dice que nuestras victorias y logros no son el resultado de nuestra habilidad o esfuerzo, sino del poder y el favor de Dios. Él nos da la fuerza, la sabiduría, la protección y la capacidad para lograr lo que hemos alcanzado.

Salmo 28:7
"Jehová es mi fortaleza y mi escudo; En Él confió mi corazón, y fui ayudado. Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi cántico le alabaré."

"Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque Él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día." Deuteronomio 8:18

La victoria de Abraham con sus pocos hombres entrenados en casa contra reyes que vencieron dos ciudades no se le puede atribuir a nadie más que a Dios. Hemos dicho que en la Biblia las batallas no son parejas; siempre es el grande contra el pequeño, el numeroso contra los pocos, los que tienen caballos y los que no. En ellas, el factor ganador lo da el Señor.

Melquisedec le dice a Abraham: "Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra." Resaltando que su Dios es creador de la tierra. Si eso no es suficiente, ¿qué podría serlo? Después le dice: "Bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano." Reconociendo que la victoria ha venido de la mano de Dios.

Todo logro en nuestra vida es un acto de la gracia y el favor de Dios. Somos lo que Dios nos ha permitido lograr ser.

Debemos manifestar nuestra gratitud.

"Y le dio Abram los diezmos de todo." Génesis 14:20

Como ya dijimos, Melquisedec es el tipo de Jesús, así que Abraham, al entregar los diezmos a él, es una lección para nosotros actualmente. Muchos dicen que el diezmo no se debe dar, pero aquí hay algunas lecciones importantes que debemos tomar del texto bíblico. El diezmo no es una práctica impuesta en la ley de Moisés, sino que fue un acto de fe que hombres como Abraham y Jacob, mucho antes de que Moisés naciera, realizaron. Además, en este pasaje es claro que este acto no fue forzado ni solicitado por Melquisedec, sino que fue una expresión voluntaria de Abraham para honrar a Dios como la fuente de su victoria.

Y es así como se da al Señor. En la iglesia no es una regla para pertenecer, pero es algo en lo que creemos. No condenamos a quienes no lo hacen ni los amenazamos, pero sí enseñamos lo que la Biblia enseña, que es un acto que tiene una promesa de bendición en la Biblia.

Todo lo que hacemos dando en la iglesia, ya sea ofrenda, diezmo o primicia, es un acto voluntario y de fe. Estos actos no solo son materiales, sino actos de adoración. Hemos dicho que cuando alguien dice que esto debería darse en otros lugares y no a la iglesia, eso se llama caridad. Pero cuando lo hacemos en la iglesia, se llama adoración. Si negamos darlo en la iglesia para darlo en otro lado, estamos negando a Dios la adoración que merece.

El acto de dar a Dios es un acto de agradecimiento en reconocimiento por todo lo que nos ha dado, como dice la Escritura:

"Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos." 1 Crónicas 29:14

Es por eso que decimos que el dar a Dios va ligado a la forma en que Él nos ha dado. La Biblia es justa al decir que demos según hayamos prosperado. No se puede poner una tarifa para que los cristianos den, porque a quienes ganan poco se les haría muy difícil, y a quienes ganan mucho sería insuficiente. Esto solo depende de la manera en que Dios nos ha bendecido. Solo el creyente sabe lo que le puede ofrecer a Dios.

Abraham solo mostró un reflejo de su corazón al reconocer que Dios era la fuente de su bendición y victoria.

Ser generosos es un beneficio que muy pocos pueden entender. Estamos acostumbrados a ver la bendición en el recibir, pero el mismo Señor Jesús dijo:

"Más bienaventurado es dar que recibir." Hechos 20:35

Cuando somos generosos, reflejamos el carácter de Dios en nuestras vidas. Además, la Biblia dice que Dios promete bendecir al que actúa en generosidad y no solo bendecir, sino multiplicar. La multiplicación es lo que lleva al engrandecimiento.

Debemos rechazar las ataduras materiales.

Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: "Dame las personas, y toma para ti los bienes." 22 Y respondió Abram al rey de Sodoma: "He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, 23 que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram; 24 excepto solamente lo que comieron los jóvenes, y la parte de los varones que fueron conmigo, Aner, Escol y Mamre, los cuales tomarán su parte." Génesis 14:21-24

Esta parte es memorable en la vida de Abraham. Hemos dicho durante este tiempo que cuando hablamos del engrandecimiento no estamos buscando nuestro beneficio personal, sino el del reino de Dios. No estamos atados a la vida material de este mundo; si Dios nos permite experimentarla, qué bueno, pero si no, hemos aprendido a vivir en contentamiento. Abraham era un hombre libre del apego a las riquezas de este mundo, por eso no tenía ningún problema al rechazar la oferta del rey de Sodoma. Además, era un acto de fe poderoso, pues había creído en el llamado de Dios al engrandecimiento y de ninguna manera quería que se le atribuyera a algo más.

Otra cosa que nos enseña es que no todas las ofertas que llegan a nuestras vidas son necesariamente bendiciones de Dios. Algunas vienen acompañadas de ataduras, compromisos o influencias que pueden desviarnos del propósito divino. Debemos evaluar bien si lo que nos está llegando nos llevará más a Dios y a su propósito, o nos aleja de Él, o incluso nos pone a merced de los caprichos de alguien más. Se necesita valor para decir no a lo que puede ser una gran oferta, pero sabemos que después nos cobrará intereses. Abraham rechazó la oferta del rey de Sodoma, y sabemos que después la ciudad terminó mal; eso hubiera sido una marca negativa en la vida de Abraham al relacionarse con ellos.

Debemos aprender a tener dependencia total de Dios. Esto no significa que no hagamos nada, sino que aprendamos a reconocer que todo, absolutamente todo lo que recibimos, proviene de su mano. Dios es suficiente para suplir nuestra vida.

Debemos pedir sabiduría a Dios para reconocer cuándo sí y cuándo no tomar las ofertas en nuestra vida. Debemos aprender a ser fieles a nuestros valores y no arriesgar nuestra fe, nuestros principios y nuestra integridad. Debemos confiar en Dios, recordando siempre que la prosperidad viene de Él.

1 comentario:

  1. Anónimo11:36

    Excelente meditación. Tomo los temas para compartirlos donde me congrego. Dios siga obrando en nuestras vidas y usandolos para dar a conocer el maravilloso plan del Altísimo

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