Cuenta las estrellas del cielo.
Durante este mes hemos estado hablando sobre la vida de Abraham. Abraham tiene una de las historias de fe más poderosas. Su andar en la tierra estuvo rodeado de desafíos que logró superar. Algo que lo distingue es la forma en la que Dios se comunicaba con él y le mostraba sus planes y propósitos. Y una de mis partes favoritas es el capítulo 15; creo que la forma en la que Abraham se relaciona con Dios es tan cercana, tan personal, a diferencia de otros personajes de la Biblia.
Después de aquella batalla en la que Abraham libera a su sobrino, Dios nuevamente le habla y le repite su promesa de lo que quiere hacer en su vida. Esta vez lo hace a través de una visión, porque Dios usa todos los medios para llegar a nosotros cuando tiene un plan para nuestras vidas.
Después de estas cosas, la palabra del Señor vino a Abram en visión, diciendo: "No temas, Abram, yo soy un escudo para ti; tu recompensa será muy grande." (Génesis 15:1)
En la Biblia vemos cómo constantemente Dios le recuerda a Abraham sus grandes promesas para fortalecer su fe. Le dice que la recompensa será grande, y nuevamente vemos esa palabra tan importante que Dios quiere que tengamos presente este año. Si queremos tomar este año en fe, necesitamos recordar constantemente las promesas que Dios nos ha dado. Una vida cercana a Dios y a su palabra nos ayuda a confiar en Él y a tomar este año en fe.
Sé sincero con Dios.
En ese momento de cercanía, Abraham le habla a Dios de sus preocupaciones. Nunca te limites a decirle a Dios cómo te sientes; nadie mejor que Él puede comprenderte.
2 "Y Abram dijo: Oh Señor Dios, ¿qué me darás, puesto que yo estoy sin hijos, y el heredero de mi casa es Eliezer de Damasco? 3 Dijo además Abram: He aquí, no me has dado descendencia, y uno nacido en mi casa es mi heredero." (Génesis 15:2-3)
Abraham le habla de que no tiene descendencia, ya que Dios le ha prometido hacer de él una gran nación, pero ¿cómo es esto posible si ni siquiera tiene hijos? ¿Alguna vez Dios te ha prometido algo que se ve tan lejano, distante y difícil, de tal manera que no cuentas ni con lo principal para lograrlo? Es decir, Abraham sería una gran nación, pero de dónde lo principal hacía falta... le hacía falta lo más básico, un hijo.
Muchas veces no contamos con lo más básico. No tenemos los recursos, habilidades o conexiones necesarias. Las circunstancias parecen adversas. El tiempo no parece favorable. Sin embargo, eso nos lleva a depender más de Él: reconocer que nuestras limitaciones no limitan a Dios. Caminar por fe: como Abraham, confiar en lo que Dios ha dicho aunque no veamos el panorama completo. Esperar su tiempo: recordar que Dios es fiel y su tiempo es perfecto.
"No hay nada más poderoso que la honestidad en tu relación con Dios. Él ya conoce tus pensamientos, pero quiere escuchar tu corazón."
No llenes los huecos.
Pero he aquí que la palabra del Señor vino a él, diciendo: "Tu heredero no será este, sino uno que saldrá de tus entrañas, él será tu heredero." (Génesis 15:4)
Dios le da consuelo a Abraham, le dice que no piense así, que las cosas no son como las está viendo, que no crea en escenarios que no serán. Y es que, como humanos, tenemos un problema muy común: tratamos de llenar los huecos en nuestra vida que no tienen respuestas. Tratamos de armar los rompecabezas con escenarios que no suceden. Tratamos de resolver lo que para nosotros no tiene una respuesta.
Y el problema no es solo ese, sino que al intentar llenarlos nos desviamos del propósito de Dios o no dejamos que su obra se manifieste. Dios ya le había dicho a Abraham que sería una gran nación, pero al no ver cómo, creyó que sería con su siervo. Con el tiempo, Sara creyó que sería con su sierva Agar, y así, cuando no creemos, lo hacemos a nuestra manera y no dejamos lugar a la obra de Dios. Cuando ya Dios nos ha dado su promesa, cuando Jesús le dijo a los discípulos que le dieran de comer a la multitud, ellos pensaron: "¿Cómo sería posible si no contábamos con lo más básico para empezar el alimento?" Así que trataron de llenar los huecos resolviendo con cooperación, pero no sería así, eso sería con fe.
Hay momentos en los que no contamos con lo que quisiéramos, pero Dios quiere que creas, que confíes, que Él hará la obra en tu vida.
Deja que Dios complete lo que te falta. Cuando tratas de llenar los huecos por ti mismo, puedes perder lo mejor que Él tiene reservado para ti."
Mira las estrellas.
Lo llevó fuera, y le dijo: "Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas, si te es posible contarlas." Y le dijo: "Así será tu descendencia." (Génesis 15:5)
Recordemos que Abraham tenía una visión. Dios pudo haberle mostrado lo que necesitaba donde estaba, pero la Biblia dice que lo llevó afuera, así que salió de su tienda. A veces tienes que salir de tu espacio limitado.
Dios llama a Abraham a mirar más allá, a mirar hacia arriba, a mirar las estrellas, como dice la palabra: "Sus caminos son más altos que nuestros caminos." Lo que Dios tiene para nosotros es mucho mayor de lo que estamos viendo en este momento.
Hoy, cada vez que veas al cielo, quiero que recuerdes esta palabra. Así como Abraham, las estrellas son un recordatorio de que Dios puede hacer lo imposible, lo impensable. Así como no puedes contarlas, así son las grandes bendiciones que Dios tiene para tu vida.
Como dijo el salmista:
Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enumerados. Salmo 40.5
"A veces, para ver lo que Dios tiene preparado, debes salir de tu zona de confort y mirar más allá de lo que te limita."
La fe de Abraham nos enseña que, aunque no siempre tengamos todo lo que necesitamos para ver un sueño cumplido, Dios siempre proveerá de lo que falta cuando confiamos en Él. Al igual que Abraham, estamos llamados a mirar más allá de lo que nos limita y creer que, aunque lo veamos lejano e imposible, Él tiene un propósito perfecto para nuestra vida. Le creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Así, cuando creemos en lo que Dios dice sobre nosotros, nuestra fe se convierte en el terreno donde Él puede obrar lo extraordinario. Lo que parece fuera de alcance, es posible con Él.
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