Duración total sugerida: 45 minutos a 1 hora
1. Bienvenida y oración inicial (5-10 minutos)
- Recibe a los niños con calidez y alegría.
- Realiza una oración breve y sencilla para captar su atención y crear un ambiente espiritual.
- Puedes pedir que uno o dos niños participen orando.
2. Canciones dinámicas (10-15 minutos)
- Incluye 2 o 3 canciones:
- Una alegre para moverlos y avivar el momento
- Una con mensaje relacionado a la lección del día.
- Una más tranquila para prepararlos para la enseñanza.
- Usa movimientos, gestos o instrumentos para mantenerlos atentos.
3. Enseñanza (15-20 minutos)
- Duración máxima sugerida por edad:
- Niños de 3-5 años: 10-15 minutos.
- Niños de 6-9 años: 15-20 minutos.
- Haz la enseñanza interactiva y visual:
- Usa imágenes, objetos o historias dramatizadas.
- Haz preguntas sencillas y anima la participación.
4. Actividad o manualidad (10-15 minutos)
- Relaciona la actividad con la enseñanza:
- Colorear una hoja de un dibujo del tema.
- Crear algo con materiales simples (cartulina, stickers, plastilina).
- Jugar un juego bíblico o dinámico que refuerce el tema.
5. Cierre con oración y despedida (5-10 minutos)
- Haz una oración de agradecimiento y permite que los niños expresen peticiones breves antes de orar.
- Refuerza el aprendizaje con una frase clave o versículo.
- Despídelos con entusiasmo y, si es posible, un pequeño obsequio o tarea (como aprender un versículo) o la tarea de la clase.
Consejos prácticos
- Adapta las actividades según la edad y el interés de los niños.
- Mantén las transiciones entre actividades rápidas para evitar distracciones. los niños pierden la atención rápidamente si no pasas al siguiente momento.
- Usa un cronómetro o una guía para respetar los tiempos asignados.
Desafío de mantener la atención de los niños en la era de la tecnología
Hoy en día, los niños están más expuestos a la tecnología que nunca. Desde dispositivos móviles hasta videojuegos y plataformas de streaming, las pantallas han cambiado la forma en que los niños interactúan con el mundo y, en muchos casos, han afectado su capacidad de concentración. En este contexto, mantener la atención de los niños durante un servicio o actividad cristiana puede ser todo un desafío.
La tecnología, con su constante flujo de información visual y sonora, ha acostumbrado a los niños a estímulos rápidos y continuos. Esto ha hecho que su atención sea más fragmentada y que les cueste enfocarse por períodos largos. Si no somos conscientes de este cambio, podemos enfrentar dificultades para mantenerlos involucrados en un servicio que, a menudo, requiere paciencia y quietud para reflexionar y aprender.
Además, otro desafío importante es la transición entre los diferentes segmentos del servicio. Si no hacemos transiciones claras y atractivas entre actividades, como canciones, oración y enseñanza, los niños pueden perder el interés rápidamente. Cambiar de un segmento a otro sin una transición adecuada puede generar confusión o distracción, pues los niños están acostumbrados a cambios rápidos y constantes. Sin un enfoque dinámico que los mantenga interesados, pueden desconectarse, pensando en otras cosas o simplemente perdiendo el foco de la enseñanza.
Es esencial planificar las transiciones de manera que se mantenga su atención, utilizando elementos que capten su interés y los guíen de una actividad a otra sin perder el ritmo. Esto puede incluir un cambio de tono, una breve actividad que relaje su energía o una breve interacción que les ayude a centrarse nuevamente. De esta forma, podemos ayudar a los niños a mantenerse comprometidos y enfocados en el mensaje que estamos compartiendo, adaptándonos a los tiempos que vivimos sin perder el propósito de lo que estamos haciendo.
¿Tienes alguna duda? Escríbenos en los comentarios.
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