La Santa Cena - Clase Bíblica para niños


La Santa Cena 
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🍞Propósito general: Doctrinal. Porque se centra en enseñar y profundizar en la comprensión de un aspecto fundamental de la fe cristiana: la Santa Cena. El propósito es que los niños adquieran un entendimiento más completo de la doctrina relacionada con la Santa Cena. Se busca que los niños internalicen y comprendan estas enseñanzas doctrinales de una manera significativa y aplicable a sus vidas.

🍷Propósito especifico: Que los niños comprendan el significado profundo de la Santa Cena como un acto simbólico de recordar el amor incondicional de Jesús y su sacrificio por nosotros. A través de la participación en esta clase, se espera que los niños internalicen la importancia de la comunión y la unidad en la familia de Dios, reconociendo que al compartir el pan y el vino, todos formamos parte de un mismo cuerpo en Cristo. Además, se busca que los niños experimenten la alegría y el valor de pertenecer a la comunidad de creyentes y se sientan motivados a vivir en armonía y amor con los demás.

🍞Versículo bíblico. Entonces les dijo: "He tenido muchísimos deseos de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer". Lucas 22.15

🍷Pasaje bíblico. Para conocer todo el contexto de la historia de la Santa Cena te recomendamos leer:
Mateo 26:17-30; Marcos 14:12-26; Lucas 22:7-38; Juan 13:1-17:26.

🍞Introducción. Quiero que reflexionemos sobre lo especial  y el valor de compartir una comida con aquellos a quienes apreciamos. Piensa por un momento: cuando vas a un restaurante, ¿te sientas a comer con un desconocido? Normalmente no, ¿verdad? A menos que no haya mesas disponibles y no tengas otra opción, lo cual puede resultar un tanto extraño. Sin embargo, desde tiempos antiguos, la experiencia de compartir la comida ha sido una fuente de conexión y alegría. Las familias se reúnen alrededor de la mesa, los amigos se reencuentran y las conversaciones se vuelven inolvidables mientras compartimos este momento tan especial.

En Lucas 22.15 leemos que Jesús le dijo a sus discípulos: "He tenido muchísimos deseos de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer". 

Jesús, quien amaba profundamente a sus discípulos, también anhelaba este tipo de compañía. Para él, esta cena era más que una simple comida; era una oportunidad para estar con aquellos a quienes consideraba su familia. Los recuerdos de estos momentos compartidos son duraderos. A medida que crecemos, muchas cosas pueden desaparecer de nuestra memoria, pero el calor y la conexión de una comida compartida con quienes amamos son recuerdos que perduran.

Esta cena, en particular, era extraordinaria. Era la última vez que Jesús compartiría este momento con sus discípulos antes de enfrentar su sacrificio en la cruz. Y en este contexto tan especial, Jesús tenía lecciones vitales que enseñar, lecciones que resonarían a través de los siglos y que ahora, también nosotros, aprenderemos juntos.

El significado simbólico del pan y del vino 🍞🍷

También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos y dijo: —Esto es mi cuerpo, entregado por ustedes; hagan esto en memoria de mí. De la misma manera, tomó la copa después de cenar y dijo: —Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por ustedes. Lucas 22.19-20

En la última cena, tal como lo relata el Evangelio de Lucas, Jesús tomó el pan y la copa, y compartió estos elementos con sus discípulos. Pero detrás de este acto aparentemente simple se escondía un significado extraordinario.

Para los discípulos, estas palabras debieron haber resonado con extrañeza y confusión en aquel momento. ¿Cómo podía el pan representar el cuerpo de su Maestro? ¿Y cómo podía la copa representar su sangre? Sin embargo, estas palabras tenían un significado profundamente simbólico y espiritual.

El pan, al ser partido y compartido, simbolizaba el cuerpo de Jesús que sería sacrificado por la humanidad. Representaba su disposición a dar su vida en la cruz, ofreciendo redención y perdón a todos aquellos que creyeran en él. Por otro lado, la copa de vino, que representaba la sangre de Jesús, simbolizaba el nuevo pacto entre Dios y la humanidad, sellado con el sacrificio de Jesús en la cruz.

La última cena nos recuerda el profundo amor de Cristo y su sacrificio por nosotros. Es un recordatorio de su compromiso de redimirnos y restaurarnos a través de su muerte y resurrección. En este acto de compartir el pan y la copa, Jesús nos invita a participar en su sacrificio, a recordar su amor incondicional y a renovar nuestro compromiso con él como discípulos suyos.

La importancia de recordar y seguir a Jesús
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…hagan esto en memoria de mí. Lucas 22.19

Jesús les dijo a sus discípulos que hicieran esto en memoria de él. Esta instrucción nos recuerda la importancia de recordar el sacrificio de Cristo y seguir su ejemplo en nuestras vidas diarias. Como mencionamos anteriormente, siempre guardaremos en nuestra memoria esos momentos en los que nos reuníamos en la mesa familiar. Es posible que hayas visto comerciales o escenas en las que alguien prueba algo y le hace rememorar su infancia, su hogar, su madre, su familia. Eso es precisamente lo que Jesús quería que experimentáramos cada vez que participamos en la Santa Cena: recordarlo a él. Recordar cómo nos amaba y tener presente que entregó su vida por nosotros.

Además, esta práctica se lleva a cabo en cada iglesia y se repite de generación en generación. Un día, cuando seas mayor, si Jesús no ha regresado aún, compartirás esta enseñanza con tus propios hijos. Les enseñarás que es una forma de recordar a Jesús y su sacrificio por nosotros. Recordar la cena del Señor nos ayuda a mantener viva nuestra fe y a renovar nuestro compromiso de seguir a Jesús en todo momento y en todas las circunstancias.

La unidad y la comunión en la mesa del Señor
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En la Cena del Señor Jesucristo, cuando tomamos la copa y pedimos que Dios la bendiga, todos nosotros estamos participando de la sangre de Cristo. Y cuando partimos el pan, también participamos todos del cuerpo de Cristo. Aunque somos muchos, somos un solo cuerpo, porque comemos de un solo pan. 1 Corintios 10: 16-17 TLA

La última cena también representa la unidad y la comunión entre los seguidores de Jesús. Al compartir el pan y el vino juntos, los discípulos experimentaron un sentido profundo de unidad y pertenencia en la familia de Dios. Debemos recordar que cuando Jesús murió, no lo hizo por uno o dos individuos, ni siquiera solo por los justos, sino por toda la humanidad. Su sangre fue derramada para que todos los que crean en él sean perdonados de sus pecados. Por lo tanto, la Santa Cena es un acto de comunión, un vínculo que nos une como hermanos en Cristo. En este momento sagrado, no hay distinciones ni diferencias, pues nos recuerda que Dios nos amó a todos por igual.

Como comunidad de creyentes, también debemos buscar esta unidad y comunión alrededor de la mesa del Señor, debemos dejar a un lado los rencores, los pleitos, recordando que somos todos parte del cuerpo de Cristo. Al participar en la Santa Cena, estamos reconociendo nuestra identidad como miembros de la familia de Dios y renovando nuestro compromiso de amarnos unos a otros como Cristo nos amó. Es un recordatorio poderoso de que, a pesar de nuestras diferencias y debilidades, todos somos igualmente amados y redimidos por la gracia de Dios.

La Santa Cena no solo es un acto simbólico de recordación y comunión, sino también una oportunidad para fortalecer los lazos fraternales entre los creyentes y para celebrar nuestra unidad en Cristo. Que cada vez que nos reunamos en torno a la mesa del Señor, recordemos el sacrificio de Jesús y renovemos nuestro compromiso de vivir en amor y unidad con nuestros hermanos y hermanas en la fe.

En la última cena, Jesús nos dejó una enseñanza que durará para siempre. A través de la acción de partir el pan y compartir el vino, nos mostró el significado profundo de su sacrificio y nos llamó a recordar su amor incondicional. En este acto de comunión, encontramos la esencia misma de nuestra fe: la unidad en Cristo. Así como los discípulos se unieron en torno a la mesa del Señor, nosotros también somos llamados a unirnos como una sola familia de creyentes, dejando de lado nuestras diferencias y abrazando el amor que nos une en Cristo. Que la Santa Cena sea para nosotros más que un ritual religioso, que sea un recordatorio vivo de nuestra identidad como hijos amados de Dios y un llamado a vivir en amor y unidad unos con otros. Que cada vez que compartamos el pan y el vino, renovemos nuestro compromiso de seguir a Jesús en todo momento y en todas las circunstancias, recordando su sacrificio y celebrando nuestra unidad en él.

🍷Oración modelo. "Querido Dios, gracias por Jesús y por la cena especial que compartió con sus amigos. Ayúdame a recordar siempre su amor por mí cuando comparta el pan y el jugo en la iglesia. Ayúdame a amar a los demás como Jesús nos ama a todos. Amén."

🍞Llamado a la acción. Ahora que hemos aprendido sobre el significado y la importancia de la Santa Cena, es hora de poner en práctica lo que hemos aprendido. Te animo a hacer tres cosas esta semana:

1. Recordar a Jesús diariamente: Tómate un momento cada día para recordar el sacrificio de Jesús por ti. Puedes hacerlo durante tu tiempo de oración o antes de cada comida. Recuerda cómo Jesús te amó tanto que dio su vida por ti.
2. Comunión con tu familia espiritual: Busca la unidad y la comunión con otros creyentes en tu iglesia. Participa activamente en la vida de tu comunidad de fe, compartiendo experiencias, sirviendo a otros y creciendo juntos en tu relación con Dios.
3. Vivir en amor y unidad: Haz un esfuerzo consciente por amar a los demás como Jesús nos ama. Trata a los demás con bondad, compasión y respeto, reconociendo que todos somos parte de la familia de Dios.

Al poner en práctica estos pasos, estarás fortaleciendo tu fe, cultivando relaciones significativas y viviendo de acuerdo con los principios enseñados por Jesús en la Santa Cena. Que nuestras acciones reflejen el amor de Cristo y su deseo de unidad entre sus seguidores. ¡Adelante, y que Dios te bendiga en este camino de fe!

🍷Juego: "Encuentra los panes y las copas"

Objetivo: Ayudar a los niños a comprender y recordar los elementos principales de la Santa Cena mientras se divierten.

Materiales necesarios: Imágenes o dibujos de pan y copas (pueden ser impresiones o dibujos en papel), vendas para los ojos.

Instrucciones:

1. Preparación: Coloca las imágenes o dibujos de pan y copas en diferentes lugares de la habitación o área de juego.
2. Formación de equipos: Divide a los niños en dos equipos y asigna a cada equipo un color o nombre para identificarlos.
3. Juego principal: Uno de los equipos se colocará las vendas para los ojos, mientras que el otro equipo esconderá las imágenes de pan y copas en diferentes lugares de la habitación.
4. Búsqueda de elementos: El equipo con las vendas para los ojos debe buscar y recolectar tantas imágenes de pan y copas como sea posible, guiados por las instrucciones verbales de su equipo compañero.
5. Tiempo límite: Establece un tiempo límite para la búsqueda (por ejemplo, 5 minutos).
6. Puntuación: Otorga puntos a cada equipo por cada imagen de pan y copa que encuentren. Al final del juego, suma los puntos y declara al equipo ganador.

Variaciones:

- Para un desafío adicional, puedes añadir obstáculos simples en la habitación que los niños deben evitar mientras buscan las imágenes.
- También puedes agregar una ronda adicional donde los equipos intercambian roles (uno busca con los ojos vendados y otro guía).
- Para adaptar el juego a diferentes edades, puedes ajustar la dificultad de la búsqueda o cambiar la forma en que se asignan los puntos.

Este juego no solo proporciona entretenimiento, sino que también refuerza los conceptos aprendidos sobre la Santa Cena de una manera interactiva y memorable. ¡Diviértete jugando "Encuentra los panes y las copas" con los niños!

Hoja de trabajo para niños pequeños



Hoja de trabajo para niños medianos


Hoja de trabajo para niños grandes



Solución Laberinto

Consejos finales para los Maestros


1. Vincula las Preguntas con el Contenido: Asegúrate de que las preguntas en las hojas de trabajo estén directamente relacionadas con los puntos que abordarás en el bosquejo. Esto ayudará a los niños a conectar la información y entender mejor el mensaje.


2. Adapta Según la Edad: Cada grupo de niños tiene sus propias capacidades y niveles de comprensión. Ajusta tu enseñanza para adaptarse a la edad y nivel de comprensión de tus alumnos, de modo que puedan absorber mejor el contenido.


3. Dedica Tiempo para la Oración: Antes, durante y después de la clase, tómate un tiempo para orar. Ora por los niños antes de la clase, pidiendo que sus corazones estén receptivos y abiertos para aprender. Durante la clase, involucra a los niños en la oración, permitiéndoles compartir sus propias peticiones. Después de la clase, ora por aquellos que asistieron y también por aquellos que no pudieron asistir.


4. Preparación Anticipada: Descarga y imprime con suficiente antelación tus materiales de clase. Esto te permitirá revisar el contenido y asegurarte de que tienes todo lo necesario para una experiencia de aprendizaje efectiva.


5. Organiza Materiales: Prepara todos los materiales que necesitarás antes de la clase. Asegúrate de tener libros, hojas de trabajo, lápices, marcadores o cualquier otro material que planees usar durante la lección. Una buena organización facilitará el flujo de la clase.


6. Fomenta la Participación: Durante la clase, anima a los niños a participar y hacer preguntas. Crea un ambiente en el que se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y dudas. Esto fomentará un diálogo abierto y enriquecedor.


7. Variedad en la Enseñanza: Utiliza diferentes métodos de enseñanza para mantener el interés de los niños. Combina lecturas, actividades prácticas, preguntas interactivas y discusiones grupales para mantener la atención y la participación activa.


8. Sé Flexible: Aunque tengas un plan estructurado, sé flexible para ajustarte a las necesidades del grupo. Si ves que los niños están especialmente interesados en un tema en particular, puedes profundizar en ese tema y adaptar tu enfoque.


9. Crea un Ambiente Agradable: Asegúrate de que el espacio donde se lleva a cabo la clase sea acogedor y seguro. Utiliza colores alegres, coloca material visualmente atractivo y fomenta la interacción amigable entre los niños.


10. Termina con una Reflexión: Al final de la clase, brinda a los niños la oportunidad de reflexionar sobre lo que aprendieron. Puedes hacerlo a través de preguntas abiertas, dibujos o simplemente pidiéndoles que compartan lo que más les impactó.


Recuerda que cada niño es único, y tu dedicación en la preparación y la enseñanza tendrá un impacto duradero en su crecimiento espiritual y personal. ¡Disfruta del proceso y del privilegio de ser un maestro que guía y motiva a los niños en su camino de aprendizaje y descubrimiento!


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