Sammy y el don que Dios le dio - Cuento cristiano



El Sueño de Sammy, el Pequeño Pajarito🐦


🐦Cuento Cristiano

Cada uno de ustedes ha recibido de Dios alguna capacidad especial. Úsela bien en el servicio a los demás. 1 Pedro 4:10 TLA

En el hermoso bosque Floravalle, Sammy, el pequeño pajarito, se destacaba por su plumaje vibrante y su cola enérgicamente plumada. Su cuerpo diminuto estaba adornado especialmente en su cabeza con tonos negro brillante y amarillo cálido, así como sus alas, lo que lo hacía resplandecer entre las ramas y hojas del frondoso bosque. Sus ojos chispeantes reflejaban su determinación y pasión por alcanzar las alturas. A medida que Sammy desplegaba sus alas, revelaba las manchas características de color negro y blanco. Esta combinación encantadora lo hacía aún más especial en el exuberante entorno del bosque Floravalle.


Pero lo que más destacaba en Sammy era su curioso gorro de piloto aviador, que decía haber heredado de su tatarabuelo. Sammy era un fiel admirador de las águilas, y su sueño era ser como una de ellas. Todos los días practicaba incansablemente, elevándose desde las ramas más bajas hasta lo más alto que podía alcanzar. Siempre pasaba horas mirando la majestuosidad de las águilas. Soñaba con un día unirse a ellas en su viaje por las nubes y experimentar la libertad y la belleza de volar alto en el cielo.


En una soleada tarde en Floravalle, Sammy, se encontraba compartiendo sus aventuras imaginarias con su amiga Nuezita, una ardilla astuta y rápida. Sammy entusiasmado le narraba sus hazañas aéreas, describiendo cómo volaba junto a las águilas y desafiaba las alturas. Nuezita, entre risas juguetonas, le respondía que eso sonaba fantástico, pero recordaba amigablemente que a Sammy le costaba atraparla en sus juegos, ya que ella era increíblemente veloz.


Mientras Sammy y Nuezita debatían animadamente en una rama del frondoso árbol, sus risas y comentarios captaron la atención del sabio búho Morwington, quien descansaba en una rama cercana. Morwington, con sus ojos sabios y su plumaje gris, observaba la escena con una sonrisa. Aunque no intervenía en la conversación, disfrutaba de la energía alegre de los jóvenes amigos. La risa del búho resonó suavemente, lo que hizo que los dos amigos dejaran de debatir y se dieran cuenta de la presencia de Morwington. Entonces, Sammy se dirigió a Morwington y le dijo: "señor Morwington, Nuezita no cree que algún día volaré tan alto como las águilas".


Morwington, con su mirada sabia y su tono tranquilizador, le dijo a Sammy: "Sammy, todos en el bosque tenemos dones diferentes. No siempre se trata de volar alto; cada criatura contribuye de manera única al equilibrio y la belleza de nuestro hogar. ¿Has considerado que podrías tener dones excepcionales que no están relacionados con volar como las águilas?"


Sammy, desanimado, respondió: "Si no puedo volar como las águilas, ¿Qué más puedo hacer que sea excepcional?"


Nuezita intervino: "He escuchado a Sammy cantar, y su canto es realmente encantador. Tal vez tu don excepcional no sea volar, pero podría ser algo más".


Morwington, con una sonrisa, agregó: "He oído hablar de tu canto, Sammy. Muchos animales del bosque han elogiado tu voz excepcional. La grandeza no se limita a un solo acto; puede manifestarse de diversas maneras. Explora tus dones y descubrirás que eres excepcional de muchas maneras".


Continuó diciendo: "Yo, por ejemplo, no soy muy veloz, y tampoco tengo un canto hermoso; al contrario, muchos se intimidan cuando canto en las noches. Sin embargo, muchos animales vienen a mí en busca de consejo porque ese es el don que Dios me ha dado. Aunque aprecio lo que los demás pueden hacer, soy feliz con la forma en que Dios me diseñó. Creo que tú también tienes un don maravilloso, y si comienzas a descubrirlo, te sorprenderás".



Sammy reflexionó y decidió intentar cantar, aunque para él era algo común. Cuando comenzó a entonar su melodía, notó de reojo que los animales dejaban de hacer sus actividades para escucharlo. Esto le sorprendió y le hizo sentirse muy especial. Un día, mientras Sammy cantaba una hermosa melodía en el bosque, las águilas lo escucharon. Quedaron impresionadas por su dulce canto y descendieron para saludarlo. Sammy no podía creerlo; se encontraba frente a las majestuosas aves que siempre admiraba, pero ahora él era admirado por ellas. Le dijeron a Sammy que su música les había alegrado el día y que también podía experimentar la belleza del cielo desde su propio lugar en el bosque. Ese día, después de escuchar a Sammy cantar, las águilas le ofrecieron un paseo hasta lo más alto que pudieran volar. Sammy era el pajarito más feliz del bosque Floravalle, sabía que tenía un don excepcional y había volado muy alto con sus ahora amigas, las águilas.


Y así el pequeño Jilguero Sammy comprendió que aunque su sueño original de volar alto como las águilas no se había cumplido, había encontrado una manera de compartir su alegría y belleza con los demás a través de su música. Su canto se convirtió en una bendición para todos en el bosque.


🐦 La moraleja de la historia es que, aunque nuestros sueños puedan cambiar, siempre podemos encontrar una manera de cumplir nuestro propósito y ser una bendición para los demás. Los dones que Dios nos ha dado son especiales y valiosos, y debemos usarlos con gratitud y humildad para servir a los demás y honrar a Dios en todo lo que hacemos.

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