Cristianismo de fondo.


Cristianismo de fondo.

 

Hace unos días, mientras escuchaba una conferencia, me encontré con una inspiradora anécdota que se remonta al año 1961, cuando el presidente Kennedy visitó la NASA. Durante su recorrido por las instalaciones, se acercó a ingenieros y científicos, preguntándoles sobre sus roles en la organización. Entre aquellos que ocupaban papeles importantes, se topó con un hombre que limpiaba un pasillo y, como a los demás, le cuestionó sobre su labor allí. La respuesta del hombre dejó una profunda impresión en el presidente: "Yo ayudo a que el hombre llegue a la luna". Esta anécdota me hizo reflexionar sobre cómo todos somos parte de algo mucho más grande.


 

En mi experiencia, siempre he compartido que nuestra iglesia no es simplemente una congregación local, sino una familia que se extiende por diferentes estados de la república. Pertenecemos a una alianza extraordinaria de la cual nos sentimos orgullosos. Hoy, con la ayuda de Dios, estamos alcanzando tierras extranjeras, y cuando hablo de "nosotros", no me refiero solo a los pastores, sino a todos los que formamos parte de esta iglesia. Nuestro servicio no solo beneficia a quienes asisten físicamente, sino también a muchas personas más que nos siguen en línea. Somos parte de algo más grande.

 

Hoy quiero hablarles del tema "Cristianismo de Fondo". En literatura y películas, existen personajes de fondo o secundarios que, aunque no son los protagonistas, no tienen apariciones importantes, o diálogos extensos, desempeñan roles cruciales en la trama. A menudo, su participación puede parecer breve o secundaria, pero en realidad, son esenciales para el desarrollo de la trama. Esto me hace pensar que a veces, podemos sentirnos exactamente así, que nuestro papel en la vida es similar: no somos protagonistas, nuestra contribución parece breve y puede resultar frustrante. Sin embargo, quiero recordarte que tu papel es crucial, y estamos siendo parte de algo más grande. La Biblia nos ofrece un ejemplo inspirador en la criada de Naamán, de quien aprenderemos valiosas lecciones.

 

Aprende a servir en el anonimato.

 

La historia comienza con Naamán como protagonista, un hombre valiente y respetado en Siria debido a que, por medio de él, Jehová había traído salvación a la nación (2 Reyes 5:1). Su valentía y su posición en la sociedad son detallados en el relato para que podamos comprender su importancia en la historia.

 

Sin embargo, en este mismo pasaje, entra en escena nuestro "personaje de fondo":

 

"Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán" (2 Reyes 5:2).

 

A diferencia de Naamán, esta joven cautiva la conocemos  simplemente como "la muchacha". Creo que la razón por la que su nombre no se menciona podría deberse a que Dios tiene la intención de enseñarnos una lección valiosa a través de este personaje. A pesar de que no ocupa el centro del escenario, su papel es fundamental en la trama. Al igual que ella, hoy en día existen muchas personas que se encuentran en posiciones similares, aparentemente fuera del centro de atención, pero que desempeñan un papel importante en el plan de Dios.

 

Sirve aun en las sombras. Y es que la vida no se trata solo de los protagonistas, de las personas que ocupan el centro del escenario y que a menudo son celebradas por sus logros. La historia de la muchacha nos recuerda que incluso los personajes secundarios, los que trabajan en las sombras, pueden desempeñar un papel crucial. A menudo, estos individuos anónimos son quienes mantienen todo en funcionamiento. En una película, podrían pasar desapercibidos, pero en la vida real, su contribución es invaluable. .

 

Sirve sin buscar el reconocimiento. Algo que aprendemos de la muchacha es el valor de servir en la Sombra. La muchacha nos enseña una lección profunda sobre el servicio sin buscar reconocimiento. A menudo, en nuestra búsqueda de validación y aplausos, subestimamos el valor de servir en la sombra.  Este pasaje nos recuerda que no necesitamos estar en el centro del escenario para marcar la diferencia, y que la humildad y la dedicación en el servicio son cualidades invaluables en el camino de un cristiano. Muchos de nosotros comenzamos desde el anonimato, y es que se nos olvida que:

 

"La verdadera grandeza radica en servir sin buscar reconocimiento

 

 

Sirve sin importar tu condición. Otra de las lecciones de la muchacha que aprendemos es que a pesar de estar en una situación difícil como esclava y lejos de su hogar, la joven hebrea mostró compasión por Naamán. Su disposición a ayudar a alguien en necesidad demuestra que la compasión no está limitada por nuestras circunstancias, y podemos hacer el bien dondequiera que estemos.

 

"No dejes que tu situación defina tus actos de compasión y servicio."

 

Sirve en el lugar que te encuentras. Esta historia nos invita a reflexionar sobre cómo, a menudo, nos encontramos en situaciones que no elegimos, pero que Dios puede tener un propósito específico para nosotros allí. La joven hebrea podría haberse lamentado por su destino como esclava, pero en cambio, respondió fielmente a lo que se le presentó. Esto nos inspira a mirar más allá de nuestras circunstancias y a considerar cómo Dios puede usar nuestra posición actual para su gloria y el bien de los demás. Debemos aprender a aprovechar el Lugar en el que nos encontramos

 

Descubre tu propósito en lo secundario.

 

Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra. 2 Reyes 5.3

 

Esta pequeña pero significativa declaración de la muchacha marca el inicio de una historia poderosa. En ese momento, ella brilló, aunque no supiera la magnitud de su impacto. Este episodio fue su oportunidad de cumplir su propósito, y como vemos en la historia, su papel secundario desencadenó una serie de acontecimientos que no solo transformaron la vida de Naamán, sino que también tuvieron un impacto duradero en las relaciones entre Israel y Siria. Esta historia nos recuerda como ya dijimos: “somos parte de algo más grande”, de lo que podemos imaginar. En nuestros roles secundarios, podemos encontrar nuestro propósito, y tal vez, como esta valiente muchacha, estamos exactamente donde Dios nos necesita."

 

Prepárate para cuando llegue el momento. Creo firmemente que las cosas más grandiosas suceden cuando se unen dos ingredientes: el momento adecuado y la preparación. Si deseamos que Dios haga grandes obras a través de nosotros, debemos estar preparados para que, cuando llegue el momento, estemos listos para ser instrumentos en Sus manos.

 

No subestimes lo que puedes hacer. La muchacha tenía algo que resultó ser crucial: conocimiento. Poseía el conocimiento de que Eliseo tenía el poder para sanar a Naamán, y no dudó en compartirlo. Esto nos enseña que no se requiere ser un experto para cambiar la vida de alguien; a menudo, basta con tener el conocimiento adecuado y la valentía para compartirlo cuando se presenta la oportunidad.

 

Da lo que tienes. Este relato también nos recuerda que servimos con los dones que Dios nos ha dado. Como vemos en Hechos, Pedro dijo: "Lo que tengo te lo doy" y sanó a un hombre paralítico. La muchacha quizás no podía sanar a Naamán físicamente, pero compartió lo que tenía, y eso contribuyó a la sanidad de Naamán. Aquí surge una pregunta fundamental: ¿Qué es lo que tienes tú? Y, ¿estás dispuesto a compartirlo cuando llegue el momento?

 

Por otro lado, esta joven hebrea devolvió la esperanza primero a la esposa de Naamán y luego a él mismo. Esto nos insta a convertirnos en portadores de esperanza en cualquier lugar que vayamos. A menudo, hay personas a nuestro alrededor que simplemente necesitan una palabra de aliento que salga de nuestra boca para que sus almas cobren vida de nuevo.

 

Conviértete en un Facilitador de Milagros

 

Al entrar Naamán a su señor, le relató diciendo: "Así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel" (2 Reyes 5:4).

 

"Esa palabra 'facilitador de milagros' me impresionó mucho la primera vez que la leí en un libro del pastor Robert Barringer. Y hoy, mientras exploramos la historia de la joven hebrea y Naamán, puedo ver claramente cómo esta idea se refleja en nuestro relato bíblico. Así como esta muchacha se convirtió en un facilitador de milagros en la vida de Naamán, cada uno de nosotros tiene el potencial de desempeñar un papel similar en la vida de los demás".

 

El papel de esta humilde muchacha fue fundamental en el proceso que llevó a que Naamán recibiera su milagro. Un facilitador de milagros es todo aquel creyente que, a través de su servicio, favorece que una persona experimente el poder transformador de Dios.

 

Una reacción en cadena. Existen factores externos que influyen para que estos sucedan. En el caso de Naamán, sabemos que su sanidad de la lepra ocurrió cuando se sumergió en el Jordán, pero esto no habría sucedido si no hubiera buscado a Eliseo. Y eso no habría sucedido si no lo hubiera enviado el rey. Y eso no habría sucedido si su esposa no hubiera escuchado las palabras de la muchacha y, a su vez, las compartió. Y eso no habría sucedido si la muchacha no hubiera hablado. Ella se convirtió en una pieza clave y en una persona que facilitó el proceso del milagro de Naamán. Desde ella hasta Eliseo, vemos la colaboración divina que transforma vidas.

 

 ¡Sé ese eslabón que une los milagros en la vida de alguien más!"

 

Conviértete en un voluntario. De ahí proviene el nombre de nuestra serie, "Indispensable". El servicio que cada miembro de la iglesia realiza facilita que muchas vidas sean transformadas y bendecidas por el poder de Dios. Cuantos más se unen al servicio, más contribuimos para que los milagros sucedan. Un lugar accesible para llegar, una sonrisa al entrar, un canto inspirador, una palabra precisa, todo eso nos convierte en facilitadores para que el milagro de Dios llegue a una vida.

 

La humilde muchacha fue el enlace vital que conectó a Naamán con el profeta Eliseo. Este puente de fe y esperanza, que desempeñó un papel central en la sanidad milagrosa de Naamán, nos recuerda que incluso en posiciones secundarias o aparentemente insignificantes, nuestro testimonio y valentía pueden ser instrumentos indispensables para que ocurran los milagros. En última instancia, esto nos desafía a convertirnos en facilitadores de milagros, compartiendo nuestra fe y esperanza para que Dios pueda trabajar a través de nosotros y transformar vidas de maneras extraordinarias.

 

En resumen, nuestro tema de hoy  "Cristianismo de Fondo" nos desafía a abrazar un servicio humilde y valiente en las áreas menos visibles de la vida, recordándonos que nuestras acciones pueden tener un impacto profundo, incluso si no estamos en el centro del escenario. A través de la historia de la joven hebrea, aprendemos la importancia de servir en el anonimato, descubrir nuestro propósito en las circunstancias secundarias y convertirnos en facilitadores de milagros para aquellos que nos rodean. Al hacerlo, honramos la obra de Dios y nos convertimos en instrumentos indispensables para que los milagros sucedan en la vida de los demás. En lugar de buscar el reconocimiento, buscamos ser agentes de cambio, extendiendo la esperanza y el amor de Cristo en cada rincón de nuestras vidas.

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