REPOSICIONATE
PECADOS OCULTOS (Vergüenza
y confusión)
Proverbios
28:13 PDT
No le irá bien al que oculta sus pecados, pero el que los confiesa y se aparta será perdonado. Proverbios 28:13 DHH
Reposicionar: Del latín repositio, reposición es la acción y efecto de reponer o reponerse (volver a poner o colocar a algo o a alguien en el lugar o estado que tenía antes, reemplazar lo que falta.
Este es el propósito de nuestra
serie, es el propósito de Dios con la palabra que nos ha estado impartiendo y también
fue el deseo de Jesús al morir por nosotros en la cruz del calvario,
reposicionarnos, es decir colocarnos en el lugar de autoridad que teníamos en
un principio. Creo que a través de la
palabra que hemos estado escuchando entendemos que el enemigo ha tomado muy
enserio su papel contra el hombre y se vale de todas las estrategias posibles
para hacerlo caer más, y más, y más bajo, y como siempre lo he dicho; El
enemigo quiere vernos hasta abajo, arrastrándonos y comiendo polvo como él. Hoy
hay un punto muy importante que estudiaremos y es con relación a esa autoridad
que Dios nos ha entregado y como el enemigo a través del pecado nos roba toda
autoridad y poder. Cuando vivimos bajo autoridad podemos andar en autoridad,
podemos con plena libertad orar por los enfermos, predicar el evangelio,
imponer manos, clamar por un avivamiento y por nuestros hermanos sabiendo que
la oración de un justo puede mucho. Dios nos ha dado autoridad sobre la creación,
los demonios y las enfermedades, pero si hay pecado en nuestra vida la
autoridad queda anulada. No hay poder, no hay unción, no hay nada.
Juan 15:7
Si permanecéis en mí,
y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será
hecho.
Hoy aprenderemos a través
de Josué Capitulo 7 los estragos malignos de retener el pecado en nuestra vida.
I.- LOS PECADOS OCULTOS CAUSAN MUCHO DAÑO.
Josué 7:5
El ejército israelita
sufrió treinta y seis bajas, y fue perseguido desde la puerta de la ciudad
hasta las canteras. Allí, en una pendiente, fueron vencidos. Como resultado,
todo el pueblo se acobardó y se llenó de miedo.
Los pecados ocultos son muy peligrosos, son como un cáncer
que a simple vista no lo notamos, pero por dentro va devastando todo a su paso
y muchas veces cuando por fin sale a la luz puede ser demasiado tarde.
Podemos quizá llegar a
acostumbrarnos a vivir con el pecado en nuestra vida y pretender que no pasa
nada y que Dios es tan bueno que pasara por alto el mal en el que nos
encontramos. Esta es otra mentira del enemigo para destruir y para que nunca
logres vivir en la autoridad, identidad y poder de Dios. Entre menos conciencia
tengas del mal que estás haciéndote y que estas provocando a todos los que están
a tu lado, el pecado seguirá avanzando. Los pecados ocultos van agarrando
fuerza y poder sobre ti, mientras guardes silencio estarás bajo el poder y control
del maligno.
Salmo 32:3-5
Mientras me negué a
confesar mi pecado,
mi cuerpo se consumió,
y gemía todo el día.
Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí;
mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano.
CAUSAN DERROTA.
Por más que Dios nos ame no
dejara por desapercibido el pecado, porque Él también espera que nosotros lo
amemos y lo demostremos a través de la obediencia. Dios fue claro cuando ordeno
al pueblo no tomar nada del anatema. Sin embargo, hubo un hombre que desobedeció
y como consecuencia su pecado provoco la derrota de todo un pueblo.
Josué 6:18
Pero vosotros
guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, no sea que
hagáis anatema el campamento de Israel, y lo turbéis.
Josué 7:5
El ejército israelita
sufrió treinta y seis bajas, y fue perseguido desde la puerta de la ciudad
hasta las canteras. Allí, en una pendiente, fueron vencidos. Como resultado,
todo el pueblo se acobardó y se llenó de miedo.
¿Quién es nuestro pueblo? Todos aquellos que están a nuestro lado, los
que enfrentan la vida apoyándose en nosotros, la comunidad de la que somos
parte. Familia, iglesia, empresa… Aunque parezca exagerado, pero así es. Muchas
veces hasta la empresa donde laboramos es afectada como consecuencia de pecados
ocultos, no se diga la familia y por supuesto la iglesia. La Palabra es clara
cuando dice que el que oculta su pecado “No prosperara” No hay prosperidad y lo
que es peor hay derrota, ruina, temor, cobardía, espanto, pobreza,
estancamiento, frialdad… Y muchas veces somos conscientes de eso, pero
insistimos en seguir aceptando la seducción del pecado, por lo tanto, no hay
poder, no hay autoridad, no hay unción en nuestra vida y al contrario
acarreamos maldición a nuestro pueblo.
DEBILITAN NUESTRA FE.
Los pecados ocultos causan dudas,
incredulidad. Y un sinfín de pensamientos negativos y de impotencia porque no
se logra comprender el porqué de los acontecimientos destructivos.
Los pecados ocultos que retenemos
en nuestra vida dañan a nuestra familia, acarrean ruina y debilita su fe. Mientras
permanecemos en esa condición no tenemos ningún tipo de autoridad sobre ellos,
nuestra oración queda inhabilitada, nuestro crecimiento se estanca, nuestra fe
muere, nuestro amor por Dios se va convirtiendo en enojo y todo lo que habíamos
avanzado en la vida cristiana queda reducido a nada.
II.- LOS PECADOS OCULTOS NOS DESAUTORIZAN PARA PARA LUCHAR
CONTRA EL ENEMIGO.
Josué 7: 11-12
Los israelitas han
pecado y han violado la alianza que concerté con ellos. Se han apropiado del
botín de guerra que debía ser destruido y lo han escondido entre sus
posesiones. Por eso los israelitas no podrán hacerles frente a sus
enemigos, sino que tendrán que huir de sus adversarios. Ellos mismos se
acarrearon su destrucción. Y, si no destruyen ese botín que está en medio de
ustedes, yo no seguiré a su lado
La semana pasada hablamos sobre
la identidad o carácter maligno y es imposible que nosotros adoptemos su
identidad o carácter a través del pecado y sigamos combatiendo contra ÉL.
Mateo 12:30 CST.
» El que no está de
mi parte está contra mí; y el que conmigo no recoge, esparce.
Podemos permanecer dentro de la
iglesia fingiendo que nada pasa, tratando de creer que lo que hacemos no es tan
malo, pensando que Jesús nos ama y que pasara por alto el mal que hemos
retenido y abrazado en nuestra vida. Pero no es así.
Tenemos que estar conscientes que
no somos aptos para pelear contra el enemigo, nuestros esfuerzos por avanzar,
por crecer y vencer al enemigo no tienen ningún efecto y estas son las razones.
Quien practica el
pecado es del diablo. 1 Juan 3:8
La presencia de
Dios nos abandona. Josué 7:12
La victoria se
obtiene viviendo en santidad. Juan 14:30
III.- LOS PECADOS OCULTOS TRAEN VERGÜENZA Y CONFUSIÓN.
Josué 7:25-27
Josué exclamó:
—¿Por qué has traído
esta desgracia sobre nosotros? ¡Que el Señor haga caer sobre ti esa
misma desgracia!
Entonces todos los
israelitas apedrearon a Acán y a los suyos, y los quemaron. Luego
colocaron sobre ellos un gran montón de piedras que sigue en pie hasta el día
de hoy. Por eso aquel lugar se llama valle de Acor. Así aplacó el Señor el
ardor de su ira.
Que terrible consecuencia para el
pecado de Acán, pero lo más triste es que toda su familia fue arrastrada a este
juicio. La mayoría de las veces no pensamos en las grandes consecuencias que en
el futuro nos alcanzara. Siempre he pensado que el amor de Dios es muy grande
que nos libra de la condenación eterna a través del sacrificio de Jesús, pero
de la consecuencia ¿Quién nos librara? No somos capaces de imaginar el nivel de destrucción
que pueden acarrear los pecados que decidimos ocultar y no confesar. No
permitamos que el diablo nos siga engañando haciéndonos minimizar el poder del
pecado en nuestra vida y las consecuencias a las que terminara arrastrándonos.
EL PECADO SIEMPRE SALE A LA LUZ
Lucas 8:17
Pues no hay nada
oculto que no haya de ser manifiesto, ni secreto que no haya de ser conocido y
salga a la luz.
Josué 7:18-20
Josué, entonces, hizo
pasar a cada uno de los varones de la familia de Zabdí, y la suerte cayó sobre
Acán hijo de Carmí, nieto de Zabdí y bisnieto de Zera. Entonces
Josué lo interpeló:
—Hijo mío, honra y
alaba al Señor, Dios de Israel. Cuéntame lo que has hecho. ¡No me ocultes
nada!
Acán le replicó:
—Es cierto que he
pecado contra el Señor, Dios de Israel. Esta es mi falta:
EL PECADO NO SIEMPRE SE CONFIESA A TIEMPO.
Josué 7:21
—Es cierto que he
pecado contra el Señor, Dios de Israel. Esta es mi falta: Vi en
el botín un hermoso manto de Babilonia, doscientas monedas de plata y una barra
de oro de medio kilo. [a] Me deslumbraron y me apropié de ellos.
Entonces los escondí en un hoyo que cavé en medio de mi carpa. La plata
está también allí, debajo de todo.
Una esperanza falsa que el
enemigo nos hace creer es que podremos arrepentirnos en determinado momento,
pero cuesta soltar el pecado y mientras más tiempo se retiene menos voluntad
hay para dejarlo. Muchos viven en esa condición y tienen la falsa esperanza de
que al menos antes de morir confesaran y pedirán perdón, sin embargo, no todos tiene
esa oportunidad. Además, al igual que Acán las crisis de peligro o tiempos de
juicio provocan que el pecador confiese, sin embargo, muchas veces ya es
demasiado tarde porque ya los ha alcanzado el tiempo de juicio, porque hicieron
encender la ira de Dios.
CULMINACIÓN:
Dios espera que el hombre se arrepienta
del pecado y voluntariamente decida confesar y apartarse de él, que pueda hacer
actos dignos de arrepentimientos, que mientras estamos fuertes y con vida
podamos decidir vivir en santidad, apartados del poder del maligno y decidamos
hacer nuestra vida del lado de Dios, que mientras tenemos oportunidades,
lucides y todo lo bueno que recibimos en esta vida podamos ofrecerle a Dios de
lo bueno, de lo mejor que tenemos. Dios no quiere que el ser humano se hunda en
el pecado y viva creyendo que al menos antes de morir se arrepentirá y ofrecerá
a Dios prácticamente lo peor de su vida, lo último y por si fuera poco en su
camino de desobediencia arrastra a su familia a una vida de miseria, derrota y de
muerte como Acán.
Este tema no es un tema de condenación,
es un mensaje de reposición. La Biblia dice que Dios no quiere la muerte del
que muere.
Ezequiel 18:32
Porque no quiero la
muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.
Dios no quiere la destrucción,
la confusión, la vergüenza, la ruina del hombre. ÉL vino a darnos vida y no
solamente eso, nos ofrece una vida en poder y autoridad sobre toda fuerza y
poder del enemigo.
Lucas 10:9
Miren, les he dado
autoridad sobre todos los poderes del enemigo; pueden caminar entre serpientes
y escorpiones y aplastarlos. Nada les hará daño.
Recuerda que su mayor
poder sobre el hombre es cuando logra introducir el pecado. Pero Dios nos dice
hoy. Reposiciónate al confesar todo pecado oculto, sé tú quien cause vergüenza y
confusión al maligno al no permitir más el pecado en tu vida, familia, iglesia…
SALMO 25
A ti, oh Jehová,
levantaré mi alma.
Dios mío, en ti
confío;
No sea yo
avergonzado,
No se alegren de mí
mis enemigos.
Ciertamente ninguno
de cuantos esperan en ti será confundido;
Serán avergonzados
los que se rebelan sin causa.
Muéstrame, oh Jehová,
tus caminos;
Enséñame tus sendas.
Encamíname en tu
verdad, y enséñame,
Porque tú eres el
Dios de mi salvación;
En ti he esperado
todo el día.
Acuérdate, oh Jehová,
de tus piedades y de tus misericordias,
Que son perpetuas.
De los pecados de mi
juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes;
Conforme a tu
misericordia acuérdate de mí,
Por tu bondad, oh
Jehová.
Bueno y recto es
Jehová;
Por tanto, él
enseñará a los pecadores el camino.
Encaminará a los
humildes por el juicio,
Y enseñará a los
mansos su carrera.
Todas las sendas de
Jehová son misericordia y verdad,
Para los que guardan
su pacto y sus testimonios.
Por amor de tu
nombre, oh Jehová,
Perdonarás también mi
pecado, que es grande.
¿Quién es el hombre
que teme a Jehová?
Él le enseñará el
camino que ha de escoger.
Gozará él de
bienestar,
Y su descendencia
heredará la tierra.
La comunión íntima de
Jehová es con los que le temen,
Y a ellos hará
conocer su pacto.
Mis ojos están
siempre hacia Jehová,
Porque él sacará mis
pies de la red.
Mírame, y ten
misericordia de mí,
Porque estoy solo y
afligido.
Las angustias de mi
corazón se han aumentado;
Sácame de mis
congojas.
Mira mi aflicción y
mi trabajo,
Y perdona todos mis
pecados.
Mira mis enemigos,
cómo se han multiplicado,
Y con odio violento
me aborrecen.
Guarda mi alma, y
líbrame;
No sea yo
avergonzado, porque en ti confié.
Integridad y rectitud
me guarden,
Porque en ti he
esperado.
Redime, oh Dios, a
Israel
De todas sus
angustias.
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