Tan fuertes como Jesús


 Tan fuertes como Jesús

No cabe duda que Jesús es un verdadero modelo a seguir, nos encanta decir que queremos ser como Jesús, si uno pregunta en la iglesia ¿Cuántos quieren ser más como Jesús? La gente sin duda dirá ¡amen! Pero tal vez es porque todos ven a Jesús como el hombre extraordinario que fue, pero me pregunto si cuando dicen que quieren ser como él también están considerando los sufrimientos que él pasó, pero igual creo que sí quiero ser como Jesús porque a pesar de los muchos padecimientos que vivió podemos ver como siempre tuvo la compostura y la actitud correcta frente a las adversidades y sobre todo cuando se tuvo que enfrentar a la cruz.

“Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo”. Hebreos 12:1–3 (NTV)

Jesús vivió tiempos de mucha amenaza, rechazo, presión y estrés uno de los momentos más angustiantes que podemos saber de él fue durante la oración del Getsemaní.

La biblia dice:

Estaba tan angustiado, que se puso a orar con más intensidad, y su sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre. Lucas 22.44 NBV

y durante este tiempo vemos ¿Jesús renuncio? ¿se enojó con sus seguidores por abandonarlo? ¿trató mal a quienes venían a él? De ninguna manera todo el tiempo Jesús tuvo la actitud más asombrosa que podamos imaginar.

Así que veamos qué era lo que hacía que Jesús tuviera tanta fortaleza mental y emocional para enfrentar las adversidades que venían contra él.

JESÚS ERA FUERTE PORQUE SABÍA QUIÉN ERA

Mucho hemos hablado en estos días que algo que hace nuestra vida más complicada es no saber quiénes somos, porque eso le da el derecho a los demás a decidir quién debes ser. Las personas son egoístas y muchas veces indirectamente te manipularan para que tu hagas lo que ellos dicen que debes hacer, una forma muy común de manipular es culpabilizar a los demás sobre no estar haciendo lo que ellos dicen que debe hacer. del mismo modo la manipulación puede venir por la descalificación menospreciando la vida de otros para que se sientan inseguros de lo que son y están haciendo.

Esto por su puesto no funcionaba contra Jesús porque él sabía quién era, no tenía que estar dando gusto a los demás para agradarles. Jesús en varias ocasiones en la biblia uso la expresión “Yo soy” que por cierto eso les chocaba mucho a los religiosos, porque había cierta relación con la forma en la que Dios se presentó ante Moisés como el “Yo soy”. Si hay algo que a la gente le incomoda es que tu tengas seguridad, que tu digas lo que eres y quién eres, porque les limitas en sus planes para contigo.

Una de las expresiones de Jesús que me encanta es:

Yo soy testigo de mí mismo, y el Padre que me envió también da testimonio de mí. Juan 8:18 NVI

Porque él no necesita la descripción de los demás, ni la opinión de los demás, pues él es testigo de sí mismo. Si la gente define quién eres decidirá qué es lo que debes hacer y eso será muy desgastante, porque entramos en un punto en el que si no haces lo que ellos dicen no les vas a agradar. Esa lucha de querer agradar hace que la gente viva peleando con los demás.

Cuando no tienes identidad vivirás estresado porque los demás te forzaran a vivir vidas que tú no eres, como un niño presionado por sus padres a practicar piano que no quiere tocar, eso es muy estresante y agobiante, solo piensa en aquellas cosas en las que no estás a gusto haciendo y piensa estoy aquí ¿porque yo decidí estar aquí, porque necesito estar aquí o porque me metieron aquí?

JESÚS ERA FUERTE PORQUE CONOCÍA SU PROPÓSITO

Pero Jesús les respondió: —¿Y por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo estar en la casa de mi Padre? Lucas 2.49

Desde muy pequeño Jesús ya tenía claro a lo que había venido. Así que estaba enfocado.  Una forma de simplificar la vida es tener claro nuestro propósito, porque si sabes que debes hacer también sabes lo que no debes hacer, simple. Vemos muchas personas haciendo de todo y no logrando nada. No está mal esforzarse y buscar en que funcionar, pero si es un problema cuando pasa y pasa el tiempo y no nos centramos.

Leemos en Juan 8.14

—Estas afirmaciones sí son válidas, aunque las diga de mí mismo —respondió Jesús—. Pues sé de dónde vengo y adónde voy, pero eso es algo que ustedes no saben de mí.

Hacemos lo que hacemos en la vida por presión o por propósito y tú decides por cuál de las dos lo harás. No entender tu propósito te lleva a la inconstancia y a la frustración, porque no rápidamente abandonas pues no encuentras satisfacción en lo que estás haciendo y te frustra no lograr nada.

Cuando conoces tu propósito te enfocas, piensa si todo lo que haces a diario cumple el propósito al que quieres llegar, tengo que sentirme satisfecho con las cosas que hago, pues me están conduciendo al propósito de Dios, esto es lo que marca la diferencia porque hago muchas cosas y termino cansado, pero al final pienso todo esto es necesario, sería diferente si al terminar algo digo y para que hago todo esto, de que me sirve, esa es una señal de que no estoy enfocado.

Enfocarnos prioriza las cosas, pues ponemos en primer lugar lo aquello a lo que hemos sido llamados.

Algunos de ustedes dicen: «Yo soy libre de hacer lo que quiera.» ¡Claro que sí! Pero no todo lo que uno quiere, conviene; ni todo fortalece la vida cristiana. 1 Corintios 10.23

JESÚS ERA FUERTE PORQUE ESTABA UNIDO A DIOS.

Uno de los campos más fuertes de batalla es nuestra mente, algo que produce mucho estrés son los pensamientos de inseguridad, miedo, angustia, que nos invaden, para esto necesitamos meditar en el Señor.

“Jesús salió de la ciudad y, como de costumbre, se dirigió al monte de los Olivos, y sus discípulos lo siguieron”. Lucas 22.39

piense en todo lo que dice este versículo, podríamos hablar todo un tema completo, tan solo el hecho de salir de la ciudad lo cual, hacia frecuentemente, la expresión como de costumbre lo cual indicaba un hábito que había desarrollado, y el motivo por el que iba al monte de los olivos que era para orar, además de la compañía de sus discípulos. ¡Wow! cuanta enseñanza en una acción de Jesús.

En mi caminar con Dios tengo mis tiempos que paso con él, paso mucho tiempo meditando mis pensamientos tienen pensamientos, reflexiono mucho, y en mis tiempos de reflexión encuentro alivio y calmo la tensión, si no fuera por Dios ya habría estallado. Ahora algo que no podemos ignorar u olvidar es que no hay relación con Dios si no hay relación con su iglesia. Las personas creen que no necesitan la iglesia solamente creer, pero es falso, el mismo Jesús lo que hizo es tener un grupo de personas en los que compartir y transmitir la fe, si Jesús lo necesitó ¿cuánto más nosotros? o acaso ¿eres mayor que Jesús? Muchos cristianos no sobreviven porque viven la vida cristiana separados del grupo, pero eso sí, reclaman que no los ayudaste o atendiste cuando se encontraban en problemas o necesitaban /ayuda.  Eso no sucede con aquellos que están unidos a Jesús y a su iglesia.

Saber quiénes somos, conocer nuestro propósito y estar unidos a Dios nos ayudará a ser tan fuertes como Jesús, muchos de los pesares y dificultades que enfrentamos pueden disminuirse si trabajamos en esto. ¿Cómo puedes encontrar tu identidad?, haz una evaluación de tu vida conócete, defínete quién eres, que es lo que te hace diferente de los demás, que te caracteriza y se tú. ¿Cómo puedes encontrar tu propósito? Tu propósito viene de la forma en la que Dios te ha diseñado, entra a nuestras clases de compromiso, te ayudaran a definirte mejor, participa, pero no te satures, aprende a decir ¡No! Para que no te ocupes en lo que no harás con excelencia y deja que otros funcionen mejor allí. ¿Cómo conectas más con Dios? desarrolla hábitos espirituales, ora, lee la biblia, convive con otros cristianos, y entonces podrás notar cambios en tu vida.

 

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