Jesús se aparece a María Magdalena



Jesús aparece a María Magdalena

Propósito General: Aliento. Que los niños aprendan a encontrar consuelo y esperanza en Jesús, especialmente en momentos difíciles. Queremos que reconozcan que, al igual que María, pueden ver a Jesús a su lado y experimentar su amor y apoyo. 

Propósito Específico: Que los niños comprendan la importancia de reconocer y compartir cómo Jesús les ha ayudado en momentos de dificultad y se sienta motivado a contar su historia a sus amigos y familiares, animando a otros a buscar a Dios en sus propias vidas.

Versículo bíblico. Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro)

Pasaje Bíblico. Juan 20.1-18

Introducción. Como muy probablemente ya sabes, Jesús fue crucificado por nuestros pecados. Aunque hizo muchos milagros, hubo uno que fue el más grande de todos: resucitar.

“Nadie me la quita, sino que yo la doy por mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo también autoridad para volver a recibirla. Este mandamiento lo recibí de mi Padre.” —Juan 10:18

Resucitar significa recobrar la vida después de haber muerto. Jesús no solo resucitó a otras personas, sino que él mismo resucitó. Este es el acontecimiento más grande que el mundo haya experimentado.

Jesús ya había anunciado que moriría y resucitaría, pero sus discípulos no lo comprendieron completamente. Así que cuando fue crucificado, fue un duro golpe para ellos.

Sin embargo, después de su resurrección, Jesús se apareció a sus seguidores para fortalecer su fe y como prueba definitiva de que él es el Hijo de Dios.

María Magdalena fue la primera persona que vio a Jesús resucitado. Veamos cómo fue su experiencia.

María llora junto al sepulcro de Jesús

María se quedó afuera de la tumba, llorando. Mientras lloraba, se inclinó para ver dentro de la tumba. Juan 20.11 TLA

María tenía una doble tristeza: Jesús había muerto, y además, cuando fue a la tumba, la encontró vacía, creyendo que alguien se había llevado su cuerpo. Sin embargo, como los otros discípulos, no recordaba que Jesús les había dicho que resucitaría.

La tristeza por lo que estamos pasando a veces nos impide recordar las promesas que Jesús nos ha hecho. Así como María miraba dentro de la tumba y no veía a Jesús, nosotros también volteamos a todas partes buscando verlo, pero no lo encontramos. Sin embargo, eso no significa que Jesús no esté. Debemos verlo a través de la fe y de las promesas que nos hizo, de que nunca nos dejaría.

María ve a Jesús resucitado

Apenas dijo esto, volvió la cara y vio a Jesús allí, pero no sabía que era él. Jesús le dijo: —Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? María pensó que estaba hablando con el que cuidaba el jardín donde estaba la tumba. Por eso le dijo: —Señor, si usted se ha llevado el cuerpo que estaba en esta tumba, dígame dónde lo puso y yo iré a buscarlo. Jesús le dijo: —María. Ella se volvió y le dijo: —¡Maestro! Juan 20:15-16 TLA

Antes de ver a Jesús, María vio y habló con unos ángeles. Sin embargo, cuando vio a Jesús, no lo reconoció; seguía pensando que se habían llevado su cuerpo, ya que creyó que era el jardinero, hasta que Jesús la llamó por su nombre.

Esta fue una gran experiencia para María, porque en medio de su mayor tristeza, cuando solo esperaba encontrar el cuerpo de Jesús, no solo lo vio, sino que lo vio vivo.

Lo mismo nos ocurre a nosotros en momentos difíciles. Es extraordinario cuando Jesús viene a nuestro rescate. Tal vez no lo veamos físicamente, pero sabemos que fue él, y es entonces cuando decimos: "Gracias a Dios". ¿Has tenido la experiencia de que Jesús te haya ayudado en un momento muy difícil?

Así que tú también, al igual que María, muchas veces cuando has tenido dificultades tal vez no has podido reconocer que Jesús está a tu lado. Sólo piensas en el dolor y la confusión, sin darte cuenta de que él te llama por tu nombre y está presente para consolarte y guiarte. Si aprendes a verlo a través de la fe, incluso en los momentos más oscuros, podrás experimentar su paz y su ayuda de manera más clara. ¿Estás dispuesto a escuchar su voz en medio de tus dificultades?

María contó haber visto a Jesús resucitado

María Magdalena fue y les dijo a los discípulos que había visto al Señor, y les contó todo lo que él había dicho. Juan 20:18 TLA

Por supuesto, María quedó muy sorprendida de haber tenido la experiencia de ver a Jesús resucitado. Fue una experiencia inolvidable, y no dudó en ir a contarlo a los demás discípulos.

¿Qué haces cuando te ocurre algo maravilloso y extraordinario? Por supuesto, lo cuentas a todos los que puedas: a tus padres, a tus amigos, a todos. Eso es lo que debemos hacer cuando Jesús ha hecho algo extraordinario en nuestras vidas: contar lo que ha hecho, decirle a los demás cómo ha sido bueno con nosotros.

Si has experimentado su amor, su ayuda o su presencia en un momento difícil, comparte esa historia con los demás. Nunca sabes a quién podrías inspirar o alentar. Contar cómo Jesús ha sido bueno contigo puede ser una forma de mostrar su amor a otras personas.

Conclusión. Así como María reconoció a Jesús en medio de su dolor y fue transformada por su encuentro, tú también puedes experimentar esa transformación. Jesús no solo venció la muerte, sino que también está presente hoy para darte consuelo, guía y esperanza. Él te llama por tu nombre, incluso en los momentos más oscuros, y te invita a confiar en sus promesas.

No te quedes con esa experiencia solo para ti. Como María fue corriendo a contar a los demás lo que había visto, comparte con otros lo que Jesús ha hecho en tu vida. Cada historia de su amor y fidelidad puede ser una luz para alguien que lo necesita. ¿A quién puedes inspirar hoy con tu testimonio? Jesús sigue vivo, y su obra continúa.

Llamado a la Acción: Esta semana, como tarea debes poner en práctica lo que  hoy aprendiste sobre cómo Jesús está siempre a nuestro lado y nos da aliento. Aquí hay algunos pasos prácticos que puedes seguir:

1. Reflexiona: Toma un momento para pensar en alguna vez que sentiste que Jesús te ayudó o te dio paz. Puede ser en un momento difícil en la escuela, en casa o en  con tus  amigos.

2. Escribe tu historia: Elige una experiencia y escríbela en un papel. Escribe cómo te sentías antes y cómo cambió tu vida al confiar en Jesús.

3. Ora: Pide a Jesús que te dé valentía para compartir tu historia con otros. También ora por las personas a las que les contarás tu experiencia.

4. Dibuja o crea: Si te gusta el arte, dibuja algo que represente tu experiencia con Jesús o crea una pequeña tarjeta con un versículo que te inspire. Puedes regalarla a alguien que necesite un aliento.

Recuerda que tu historia puede ser una fuente de esperanza para otros. ¡Estamos emocionados de escuchar lo que Dios está haciendo en tu vida!

Oración modelo. Amado Jesús, gracias por estar siempre a mi lado, incluso cuando no te puedo ver. Ayúdame a recordar que nunca me dejas solo y que siempre cumples tus promesas. Cuando me sienta triste o asustado, dame fuerzas para confiar en ti y buscarte con todo mi corazón. Ayúdame también a compartir con mis amigos y mi familia las cosas buenas que has hecho en mi vida, para que ellos también puedan conocerte mejor. Gracias por tu amor y por cuidarme siempre. En el Nombre de Jesús. Amén.

Juego: "Encuentra a Jesús"

Objetivo: Los niños aprenderán sobre la importancia de la fe y la visión espiritual, reflexionando sobre cómo a veces no vemos a Jesús en nuestras dificultades, incluso cuando está cerca.

Materiales: 
- Venda para los ojos (una por niño o un par para los que se turnen).
- Un letrero que diga Jesús. 
- Un área amplia donde los niños puedan moverse sin obstáculos.

Instrucciones:
1. Preparación: Coloca el letrero que dice Jesús en un lugar específico dentro del área de juego, asegurándote de que el niño o los niños que van a participar niños no lo vean.

2. Formación de Equipos: Divide a los niños en equipos de 2 o 3. Un niño de cada equipo será el que usará la venda para los ojos.

3. Inicio del Juego: El niño con la venda en los ojos será guiado por su equipo. Los otros miembros del equipo deben dar instrucciones para que el niño con los ojos vendados llegue al letrero que dice Jesús, pero solo pueden dar indicaciones verbales (sin tocar ni mover al jugador).

4. Reglas: Los otros niños deben ser claros y precisos con sus instrucciones. Pueden usar frases como:
- "Avanza dos pasos hacia adelante."
- "Gira a la derecha."
- "Da un paso hacia atrás."
- Si el niño con los ojos vendados toca algo que no es el objeto, deben volver a comenzar.

5. Reflexión: Una vez que el niño haya encontrado el letrero, quítale la venda y pregúntale cómo se sintió al no poder ver y depender de las instrucciones de sus compañeros. Conéctalo con la experiencia de María, quien no pudo ver a Jesús de inmediato, pero lo tuvo cerca.
- Haz una breve reflexión sobre cómo a veces en la vida nos sentimos perdidos o tristes y no podemos ver a Jesús, pero él siempre está con nosotros, guiándonos a través de la fe.

Variaciones: Puedes incluir obstáculos en el área de juego para hacer el desafío más interesante, representando las dificultades que enfrentamos en la vida. Alternativamente, los roles se pueden cambiar después de algunas rondas para que todos tengan la oportunidad de experimentar tanto ser el que guía como el que busca.

Este juego es dinámico, divertido y  también enseña una lección valiosa sobre la fe y la confianza en Dios, incluso cuando no lo podemos ver.

Hoja de trabajo para niños pequeños





Hoja de trabajo para niños intermedios




Hoja de trabajo para niños grandes






Solución 





Consejos finales para los Maestros


1. Vincula las Preguntas con el Contenido: Asegúrate de que las preguntas en las hojas de trabajo estén directamente relacionadas con los puntos que abordarás en el bosquejo. Esto ayudará a los niños a conectar la información y entender mejor el mensaje.


2. Adapta Según la Edad: Cada grupo de niños tiene sus propias capacidades y niveles de comprensión. Ajusta tu enseñanza para adaptarse a la edad y nivel de comprensión de tus alumnos, de modo que puedan absorber mejor el contenido.


3. Dedica Tiempo para la Oración: Antes, durante y después de la clase, tómate un tiempo para orar. Ora por los niños antes de la clase, pidiendo que sus corazones estén receptivos y abiertos para aprender. Durante la clase, involucra a los niños en la oración, permitiéndoles compartir sus propias peticiones. Después de la clase, ora por aquellos que asistieron y también por aquellos que no pudieron asistir.


4. Preparación Anticipada: Descarga y imprime con suficiente antelación tus materiales de clase. Esto te permitirá revisar el contenido y asegurarte de que tienes todo lo necesario para una experiencia de aprendizaje efectiva.


5. Organiza Materiales: Prepara todos los materiales que necesitarás antes de la clase. Asegúrate de tener libros, hojas de trabajo, lápices, marcadores o cualquier otro material que planees usar durante la lección. Una buena organización facilitará el flujo de la clase.


6. Fomenta la Participación: Durante la clase, anima a los niños a participar y hacer preguntas. Crea un ambiente en el que se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y dudas. Esto fomentará un diálogo abierto y enriquecedor.


7. Variedad en la Enseñanza: Utiliza diferentes métodos de enseñanza para mantener el interés de los niños. Combina lecturas, actividades prácticas, preguntas interactivas y discusiones grupales para mantener la atención y la participación activa.


8. Sé Flexible: Aunque tengas un plan estructurado, sé flexible para ajustarte a las necesidades del grupo. Si ves que los niños están especialmente interesados en un tema en particular, puedes profundizar en ese tema y adaptar tu enfoque.


9. Crea un Ambiente Agradable: Asegúrate de que el espacio donde se lleva a cabo la clase sea acogedor y seguro. Utiliza colores alegres, coloca material visualmente atractivo y fomenta la interacción amigable entre los niños.


10. Termina con una Reflexión: Al final de la clase, brinda a los niños la oportunidad de reflexionar sobre lo que aprendieron. Puedes hacerlo a través de preguntas abiertas, dibujos o simplemente pidiéndoles que compartan lo que más les impactó.


Recuerda que cada niño es único, y tu dedicación en la preparación y la enseñanza tendrá un impacto duradero en su crecimiento espiritual y personal. ¡Disfruta del proceso y del privilegio de ser un maestro que guía y motiva a los niños en su camino de aprendizaje y descubrimiento!


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