El secreto para una vida bendecida
Creo que muchas veces el ser humano está en busca de claves y secretos para tener una vida de éxito. Tal vez la clave más importante que podemos tener ha estado muy muy cerca de nosotros, pero lo hemos ignorado.
A todos nos gusta vivir la vida, pero aprender a vivirla no siempre
será fácil o agradable, sin embargo, cuando somos jóvenes como se dice nos
queremos comer el mundo, sobre todo las nuevas generaciones vienen más
aceleradas que las anteriores, podemos ver memes de comparaciones los jóvenes
de ahora, yo a su edad. Porque tienen más información a su alcance de lo que
nosotros teníamos a su edad, esto también les da cierto sentimiento de superioridad
por alcanzar ciertos conocimientos que sus padres no tienen, pero nunca el
conocimiento se puede comparar con la experiencia. Es por eso que el secreto de
una vida bendecida lo encontramos en la relación con nuestros padres.
«Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer
mandamiento con promesa— para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en
la tierra». Efesios 6.2-3
Dios en su sabiduría nos dio diez mandamientos para que pudiéramos
hacer lo correcto y dentro de ellos uno que contenía como dijo Pablo una
promesa. Esto significa que el mandamiento no debe ser una carga ni un problema,
sino al contrario el obedecerlo nos garantiza que nos vaya bien.
Lamentablemente muchas veces como se dice, nadie escarmienta
en cabeza ajena así que gran parte de nuestros problemas los enfrentaremos por
nosotros mismos cuando pudimos haberlos evitado escuchando a nuestros padres.
Así que si quieres que tu vida tenga un buen futuro comienza
por aprender de tus padres, pero es importante que aclaremos que todos los padres
tienen fallas, sin embargo, eso no es excusa para que no los honremos o no podamos
aprender de ellos y aunque en algunos casos no nos guste somos parte de su genética,
aunque puede haber padres accidentales nosotros no somos un accidente y estamos
en este mundo por gracia de Dios y con un propósito suyo.
Es interesante que Dios nos manda a honrarlos, pero no nos
manda a amarlos, porque en algunos casos muchos padres no han tenido el papel idóneo
que inspire a un hijo a amarlo, pero si se puede honrarles.
Así que el día de hoy aprenderemos tres cosas que Dios dice
que nos ayudaran a tener éxito y larga vida.
Obediencia
El primer mandamiento que va acompañado de una promesa
es el siguiente: «Obedezcan y cuiden a su padre y a su madre. Efesios 6.2 TLA
¿Cómo nos ayuda ser obedientes a nuestros padres en la vida? Porque
debemos aprender a responder a una autoridad, es en la casa donde comenzamos a
aprender a trabajar en la vida, Si piensas que nadie te puede decir lo que
tienes que hacer no podrás ir muy lejos, hoy en día todos sueñan con ser jefes,
porque la mayoría no está dispuesto a obedecer a alguien desconocido, si no son
capaces de dar obediencia a un padre mucho menos a un extraño, esta es la razón
por las que algunos no crecerán, no escalaran, porque siempre estarán limitados
por quienes están por encima de ellos.
Por otro lado, los padres debemos entender que la obediencia
de nuestros hijos no debe robarles su libertad, es decir no se trata de
simplemente decir hazlo porque yo lo digo, sino de hacerlo de una forma
adecuada, no podemos usar nuestra autoridad para someterlos al grado que ellos
pierdan su valor, además debemos entender que en la medida que ellos crecen van
obteniendo libertades de acuerdo a su madurez.
Respeto.
Cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos
corregían, y nosotros los respetábamos. Con mayor razón debemos obedecer a Dios,
que es nuestro Padre que está en el cielo, pues así tendremos vida eterna.
Hebreos 12.9 TLA
Dios es tan sabio que en su palabra nos enseña que los hijos quieren
amor y los padres quieren respeto, si un hijo no se siente bien con sus padres
creerá que no le aman y por el otro lado si un padre no se siente bien con sus
hijos sentirá que no le respetan.
Cuando los hijos son pequeños tienen un respeto por sus
padres, creen en todo lo que ellos pueden decirles, pero en la medida que van
creciendo los hijos comienzan a perder esa admiración y como consecuencia el
respeto, porque ahora los hijos son más conscientes de las debilidades y
defectos de los padres, esto nuevamente no es excusa para que los hijos no
puedan respetar a sus padres, pues Dios quiere que le den respeto.
El respeto podemos darlo de dos formas a través de la aceptación
y el perdón, estos dos elementos son claves para mostrar respeto.
Es increíble como nuestra cultura está perdiendo el respeto
por las personas mayores, mientras en la cultura oriental un anciano es sinónimo
de sabiduría, en nuestra cultura un anciano es sinónimo de burla.
Escucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu
madre cuando sea anciana. Proverbios 23.22 NVI
Por otro lado, los padres debemos considerar cuando nuestros
hijos realmente nos faltan al respeto. Los hijos pueden cometer un sinfín de
acciones que pueden hacer sentir a sus padres que no los están respetando. Muchos
hijos actúan como lo que son muchachos o niños, sus bromas o juegos pueden parecer
faltas de respeto, pero en realidad son actos propios de su edad, para esto
todo padre debe primero analizar antes de reaccionar.
Escucharlos
En varios versículos de proverbios se hace un llamado a los
hijos sobre escuchar a sus padres, así como muchas veces hemos dicho que las
palabras que hablamos a nuestros hijos pueden ser dañinas, del mismo modo un
padre con un corazón sano puede darles vida a sus hijos a través de las
palabras.
Lo que uno habla determina la vida y la muerte; que se
atengan a las consecuencias los que no miden sus palabras. Proverbios 18.21 PDT
Escuchar a los padres es sabio, tal vez creemos que sabemos
algo, pero la verdad desconocemos mucho de la vida y las palabras de nuestros
padres pueden ayudarnos a evitarnos muchos problemas. Sin embargo, esta parte es
complicada porque llegan momentos en los que pareciera que se hablan distintos
idiomas y la comunicación no es muy efectiva, así que aquí tenemos que trabajar
ambas partes.
Proverbios 13.1 NTV El hijo sabio acepta la disciplina
de sus padres; el burlón se niega a escuchar la corrección.
Para esto como padres debemos recordar que nuestro ejemplo
vale más que mil palabras, si queremos que nuestros hijos nos escuchen debemos
escucharlos nosotros también a ellos, por lo regular muchos padres parecen
estar siempre ocupados para atender un tema de sus hijos.
Oye, hijo mío, la doctrina de tu padre, Y no
desprecies la dirección de tu madre: Proverbios 1.8 RVA
Me gusta como dice esta versión, en cierta forma todos los días
doctrinamos a nuestros hijos, los preparamos para el futuro, por eso debemos
ser cuidadosos sobre qué tipo de pensamientos y principios les estamos dando, pues
esas palabras estarán en sus vidas y seguramente las repetirán. El proverbio
además agrega la dirección de la madre, la biblia es de los pocos libros “religiosos”
o si acaso el único que le da valor a la instrucción de la madre, el padre transmite
diciplina, doctrina y corrección y la madre da dirección enseñanza e instrucción.
El padre forma el carácter y la madre los principios, por lo que el hijo debe
escuchar a ambos.
Si a partir de este tiempo abres tu corazón y comienzas a
escuchar a tus padres seguramente sus palabras te servirán durante toda tu vida,
te abrirán puertas, y te bendecirán.
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