Vida Abundante
Serie: ¡VIVE!
Durante este mes hemos comenzado una serie llamada ¡Vive! Pensando en las muchas cosas que hoy están sucediendo alrededor y nos están apagando la vida. Cada día escuchamos testimonios de personas sufriendo o en crisis a causa de la pandemia, esto no a exentado a los cristianos incluso lideres o pastores cristianos.
Es nuestro deseo que este
tiempo aprendamos a vivirlo y no a sobrevivirlo, hay muchas circunstancias que
nos están privando de la vida abundante que Dios quiere que vivamos.
Todo proceso difícil tiene una
etapa de rendición, donde aprendemos que hay cosas que no podemos cambiar,
donde aprendemos que tenemos que soltar aquello que nos lastima, donde
aprendemos que debemos entregar nuestras cargas a Dios.
En estos tiempos en los que
debemos recordar las palabras de Jesús cuando dijo:
Si sólo les preocupa salvar su
vida, la van a perder. Pero si deciden dar su vida por mi causa, entonces se
salvarán. Mateo 16.25
Día a día las personas viven queriendo
salvar sus vidas y no nos referimos al tema del Covid, sino al deseo por querer
disfrutar la vida y ser felices, pero lo triste es que entre más se aferran a
este deseo menos logran vivir la vida que ellos quisieran.
Hace un tiempo hable refiriéndome
a Nick Vujicik sobre algo que el menciona como bendita ceguera cuando era
pequeño y no entendía mucho de la vida. Creo que hoy hay muchas personas
felices con poco y muchas personas infelices con mucho, y todo depende de lo
que valoran y agradecen.
Jesús vino a este mundo para
que viviéramos una vida abundante, pero muchas veces no hemos entendido en que
consiste esa vida.
La vida abundante no depende
de los bienes materiales
Luego miró Jesús a los que
estaban allí, y les dijo: «¡No vivan siempre con el deseo de tener más y más!
No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz.» Lucas 12.15
Muchas personas se sienten vacías
cuando observan sus vidas y se dan cuenta que según ellos no han logrado nada,
y entre más ven historias de éxito de otras personas más se sienten frustradas.
Estamos enfrentando un tiempo en el que las
personas están dándole más valor a las cosas que a las personas.
No sé si en algún momento se
ha dado cuenta que cuando no tenía muchos bienes se sentía feliz por cada logro
que alcanzaba, pero en la medida que fue creciendo le resulta difícil sentirse
feliz, porque cada vez hay más que quisiera lograr. Esto sucedía porque valorábamos
más las relaciones que los bienes.
La religiosidad te roba la
vida abundante
El ladrón no viene más que a
robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en
abundancia. Juan 10.10
Es común interpretar este
versículo como si el diablo fuera ese ladrón que nos está consumiendo, pero la
realidad es que como muchos ya lo han interpretado este ladrón representa el sistema
religioso con el que Jesús estaba en contra.
Así que si nuestro deseo es
verdaderamente tener una vida abundante debemos empezar por sacar de nuestra
vida todo pensamiento religioso, nada está afectando a la iglesia tanto en este
tiempo como la religiosidad que los cristianos quieren meter en todas partes.
El legalismo y la religiosidad
a está robando matando y destruyendo vidas sin que puedan darse cuenta, entran
como si fueran el pastor, pero no entran por la puerta. Estos ni son la puerta ni
dejan entrar por la puerta, el mensaje continuo de negativa a todo cierra las
puertas más que nada, la actitud de sentirse superior que todos los demás por
ser pecadores hace que las personas rechacen el mensaje de Cristo, algunos
creen que con mensajes “fuertes” lograrán convencer a las personas de sus
pecados, pero lo que están logrando es que las personas quieran alejarse de
ellos, otros no pueden evitar usar todos los modismos religiosos que han
aprendido lo que hace que la comunicación con los no creyentes sea imposible. Hoy
hay muchas conversaciones en internet donde encuentras comentarios fuera de
lugar de personas religiosas.
Si queremos que las personas reciban
el mensaje de Dios debemos preocuparnos por ser ministros saludables. Jesús dijo yo he venido para… la pregunta aquí
es ¿Para qué has venido tu?
“El mal mensajero trae consigo
desgracias; el mensajero fiel trae consigo el remedio” (Proverbios
13:17 RVC)
La vida abundante es descansar
en Dios
Como ya dijimos muchas
personas entre más tienen más quieren, pero eso en lugar de darles paz les da frustración
y estrés, porque la vida abundante no se trata de obtener sino de paz y contentamiento
en Dios.
Piensa en esto las personas
viven constantemente preocupados por falta de tiempo, falta de dinero, falta de
energía, falta de likes, falta de todo, eso es una mentalidad de escases. Muchas
veces se ha dicho que por la mentalidad de escases las personas no ganan nada,
pero la verdad es que pueden estar ganando algo, pero su mentalidad no les
permite verlo de tal manera que siguen pensando que no tienen lo que quisieran.
El miedo por perderse de algunas cosas hace que la gente viva desesperada por
tenerlas sin disfrutar lo que ya ha logrado.
El salmista dijo:
“Has llenado mi copa a
rebosar. La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida” (Salmo
23:5-6 NVI).
Esta es una mentalidad de
abundancia, es cuando las personas sienten que tienen todo lo que necesitan, no
es mediocridad ni conformismo sino contentamiento. Cuando encuentras contentamiento
en Dios disfrutas la vida con lo que tienes. La vida abundante no son viajes
por el mundo, la vida abundante es disfrutar lo pequeños lugares que puedes
conocer, la vida abundante no son los grandes platillos, la vida abundante es disfrutar
una comida modesta con tu familia.
Hoy tú puedes vivir una vida
abundante en las cosas sencillas que tienes a tu alrededor en las cosas simples
que cada día vives.
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