Fe que cambia vidas


Fe que cambia vidas

Comenzamos nuestra nueva serie Hay poder en la sangre, y creemos que Dios nos ha dirigido desde que comenzó el año porque durante este mes estaremos hablando del poder en la sangre de Cristo, hoy mas que nunca necesitamos creer que la sangre de Cristo nos protegerá junto con nuestra familia en medio de esta pandemia.

En la biblia encontramos muchas referencias al sacrificio de Cristo, especialmente en el antiguo testamento un tiempo en el que Jesús aún no había nacido.

Una referencia muy apropiada para este tiempo la encontramos cuando unos hombres del pueblo de Israel entraron a Jericó para conocer la ciudad y tuvieron que refugiarse en casa de una mujer llamada Rahab.

La historia de esta mujer nos ilustra la fe que hoy las personas deben poner en Jesús para ser salvos, veamos tres características de la fe de Rahab.

I.- FE INUSUAL.
Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros.  Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido.
Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.
Josué 2:9-11-

Fe inusual es la que encontramos en alguien que crees que no es capaz de creer. La Fe de Rahab fue sorprendente por lo que ella era, pero la fe siempre es sorprendente. Nadie se imagino encontrar en una mujer como ella esa clase de Fe, la fe es así, aparece en los lugares menos imaginados y en el tiempo menos pensado. Es increíble todo lo que Rahab sabia acerca del Dios de Israel y como pudo reconocer que no podían ir contra Él.

Es una fe que encontramos en tiempos críticos. Es en tiempos difíciles donde esperamos ver la fe en muchas personas, en la iglesia misma, pero es sorprendente como muchos que deberían mostrar fortaleza, firmeza y confianza, flaquean en tiempos difíciles. Sin embargo, la fe de muchos se despierta en momentos como estos.

 La Fe de Rahab la posiciono en la lista de los héroes de la fe en el libro de hebreos, donde solamente aparecen dos mujeres, Esto nos enseña que Dios no margina a nadie, como la sociedad lo hacía con Rahab, la fe es fe y es la fe la que mueve la mano de Dios, recuerda que todo es posible para el que cree.

II.- FE QUE CAMBIA LA VIDA.
 Os ruego pues, ahora, que me juréis por Jehová, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal segura; y que salvaréis la vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas, y a todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras vidas de la muerte. Ellos le respondieron: Nuestra vida responderá por la vuestra, si no denunciareis este asunto nuestro; y cuando Jehová nos haya dado la tierra, nosotros haremos contigo misericordia y verdad.
Josué 2:12-14

La mujer reconocía que el Dios de los israelitas era invencible y vio la visita de los espías como su oportunidad para una nueva vida.

A pesar de llevar una vida totalmente separada de Dios esta mujer pudo ver que había llegado un tiempo crucial para su pueblo, donde ella también podía perecer en medio de todo lo que venía, pero también pudo percibir la gran oportunidad que estaba delante de ella y simplemente no titubeo al pensar en que esa oportunidad tenia que aprovecharse y tomo la mejor decisión, una decisión que le cambiaria la vida.

Hay tiempos cruciales también para nosotros, donde o nos hundimos con todos o nos agarramos de las oportunidades que se nos ponen enfrente para que nuestra vida cambie de manera sorprendente.
Las palabras de Rahab llevan implícita una suplica por un cambio de vida.

Rahab vio la oportunidad de dejar de ser lo que había sido. Su pueblo, sus dioses, su rey no le ofrecían nada. Pero delante de ella, esos hombres, ese pueblo y el Dios de ellos representaba un cambio radical para ella. Delante de ella estaba el grande, el fuerte, el poderoso, el que cambia vidas…

III.- FE QUE SALVA.

He aquí, cuando nosotros entremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste; y reunirás en tu casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre.
 Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa. Mas cualquiera que se estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza, si mano le tocare. Josué 2:18:19

El cordón de grana es un claro símbolo de la sangre de los corderos en las puertas de las casas de los hijos de Israel cuando estaban en Egipto, y así mismo es una promesa de como la sangre de Jesús hoy es nuestra salvación

En este acto encontramos muchos mensajes especiales, primeramente, la fe que salva, es aquella que es visible, puede haber muchas personas que dicen “creer en Dios” o “tener fe” pero la salvación viene cuando nosotros hacemos nuestra fe más que solo una palabra, y la volvemos visible a las personas de nuestro alrededor. El acto de atar un cordón a la ventana fue visible para las personas que se encontraban a su alrededor, muchos de los cuales quizá sabían a lo que la mujer se dedicaba, sin embargo, Dios no se avergüenza de que nosotros confiemos en él, al contrario, cuando nosotros hacemos visible nuestra fe, el nos favorece.
  
La bendición de Dios a través de nuestra fe no solamente nos cubre a nosotros, sino también a toda nuestra familia, y no solo eso, a todos los que están a nuestro alrededor, los tiempos podrán ser de crisis actualmente, pero mientras nuestra fe sea visible, aún las personas de nuestro entorno serán alcanzadas por el favor de Dios. El poder de una fe verdadera no está limitado por la persona que seamos, llega hasta donde nosotros la llevemos. Al igual que Rahab tenemos la promesa de la salvación para toda nuestra casa.

Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Hechos 16.31

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