🔦Versículo bíblico. Estaban muy asustados, pero enseguida Jesús les dijo: «Tranquilos, no tengan miedo. Soy yo» (Marcos 6.50).
🔦Pasaje bíblico. Marcos 6.45-52
🔦Introducción. ¿Crees en fantasmas? ¿Alguna vez has visto uno o has pensado que lo viste? La verdad es que los fantasmas no existen, pero a la mayoría de nosotros, en algún momento, nos ha dado miedo pensar que podrían aparecerse.
A veces, nuestra mente puede jugar trucos con nosotros, especialmente en la oscuridad o cuando estamos solos. Podemos confundir un montón de ropa con una figura fantasmal, o el ruido de un ratón en la casa puede hacer que nuestra imaginación vuele. Pero en esos momentos, es importante mantener la calma y recordar que no hay nada malo a nuestro alrededor. No debemos dejar que nuestra mente imagine cosas que no existen, sino confiar en la realidad y en la tranquilidad que nos brinda la presencia de Dios y el amor que nos rodea.
Sin embargo no te sientas mal por si en algún momento te imaginaste algo, eso también puede sucederle incluso a los adultos. Como les sucedió a los discípulos de Jesús el día que creyeron que habían visto un fantasma.
En esa ocasión, los discípulos ya estaban en la barca y Jesús se había quedado en tierra. Así que, en la madrugada, aproximadamente a las tres de la mañana, Jesús los alcanzó caminando sobre el agua. Cuando lo vieron, se asustaron mucho.
Al verlo caminar sobre el agua, los discípulos creyeron que era un fantasma y empezaron a gritar (Marcos 6.49 TLA).
¿Puedes imaginar a un grupo de hombres adultos gritando de miedo? Pero Jesús no quería que se asustaran, así que les habló. Las palabras de Jesús les ayudaron y pueden ayudarnos ahora también. ¿Qué les dijo Jesús?
Jesús les dijo que se tranquilizaran. 🔦
Estaban muy asustados, pero enseguida Jesús les dijo: «¡Tranquilos!» (v.50)
Lo primero que siempre debes hacer cuando tienes miedo es tranquilizarte. ¿Has visto carteles con indicaciones en caso de sismos o incendios? La primera indicación es “conserva la calma”. El miedo paraliza a las personas y no les permite pensar bien, y en momentos complicados necesitas tener activos tus cinco sentidos. Así que Jesús les dijo: ¡tranquilos! Cuando sientas que algo te está atemorizando, tranquilízate, respira profundamente, deja que tus cinco sentidos te ayuden.
Recuerda que el miedo es una emoción normal y todos lo sentimos en algún momento. Es como una señal de advertencia que nos dice que hay peligro. Pero no debemos dejar que el miedo nos controle. Siempre podemos buscar ayuda, ya sea hablando con alguien de confianza o buscando formas de sentirnos más seguros. Y sobre todo, confía en ti mismo y en tu capacidad para tranquilizarte y superar cualquier situación difícil.
Jesús les dijo que no tuvieran miedo. 🔦
"...no tengan miedo..." (v.50)
En la Biblia, el mensaje de Dios se repite una y otra vez: ¡No tengas miedo! Una clave importante para vencer el miedo es creer en la presencia de Dios. Repite en tu mente: “Dios está conmigo”. Si te dices estas palabras y las crees, cada vez que hagas algo, como ir a la escuela, dormir en tu cuarto, levantarte en la madrugada para ir al baño o ir a la tienda, recordarás que Dios está contigo. Jesús está cerca, diciéndote: “No tengas miedo”.
Cuando sientas miedo, recuerda que no estás solo. Dios está contigo en cada paso del camino. Puedes hablar con él en cualquier momento y pedirle fuerzas y protección. Confía en que, con Dios a tu lado, puedes enfrentar cualquier desafío con valentía y tranquilidad. Recuerda que Jesús te dice: “No tengas miedo”, y su amor y cuidado siempre te rodean, brindándote seguridad y paz en medio de cualquier situación.
Jesús les dijo que era Él. 🔦
"...Soy yo" (v.50).
A veces, nuestra imaginación nos juega malas pasadas. Podemos ver figuras humanas en una toalla sobre una silla o escuchar voces extrañas en el viento que sopla al entrar a casa. Incluso podemos pensar que vemos monstruos detrás de las puertas. Pero al final, todo eso es solo nuestra imaginación. Los discípulos, al ver a alguien caminar sobre las aguas, algo que nunca habían visto antes, se asustaron y pensaron que era algo sobrenatural. Pero Jesús les dijo: "soy yo", es decir, les aseguró que no debían imaginar cosas que no eran reales.
Así que, cuando sientas miedo, recuerda que probablemente no haya ningún monstruo debajo de la cama, sino que podría ser tu mascota rascándose la oreja. Solo necesitas mantener la calma, dejar de lado el miedo y darte cuenta de que las cosas no son siempre como las imaginamos.
Conclusión. La historia de los discípulos de Jesús nos enseña importantes lecciones sobre cómo enfrentar el miedo. Jesús les dijo que no tuvieran miedo y les recordó su presencia constante y su amor inquebrantable. A través de esta historia, aprendemos que, aunque nuestros temores puedan parecer abrumadores, podemos encontrar paz y seguridad al confiar en Dios y en su poder para ayudarnos a superar cualquier desafío. Al mantener la calma, confiar en Dios y recordar que no estamos solos, podemos enfrentar el miedo con valentía y fortaleza.
🔦Oración modelo. "Amado Dios, hoy aprendí que no debo tener miedo porque estás siempre conmigo. Prometo recordar que puedo confiar en tu amor y protección en todo momento. Ayúdame a enfrentar mis miedos con valentía y a recordar que tú estás siempre a mi lado. Gracias por cuidarme y amarme tanto. En el Nombre de Jesús. Amén."
🔦 Llamado a la acción. Ahora que hemos aprendido sobre cómo enfrentar el miedo con la ayuda de Dios, es momento de poner en práctica lo que hemos aprendido. Te invito a seguir estos sencillos pasos para superar tus miedos y recordar siempre que Dios está contigo, cuidándote y dándote fuerzas.
1. Respira profundo: Cuando sientas miedo, toma algunas respiraciones profundas para tranquilizarte. Inhala por la nariz contando hasta cuatro, retén el aire por un momento y luego exhala lentamente por la boca.
2. Habla con Dios: Cuando te sientas asustado, habla con Dios como lo harías con un amigo. Cuéntale tus miedos y pídele su ayuda y protección.
3. Repite palabras de poder: Cuando te sientas nervioso o asustado, repite palabras que te dan poder. Palabras que te hacen fuerte como "Todo lo puedo en Cristo" "Dios está conmigo", "Soy valiente en el Nombre de Jesús".
4. Busca apoyo: No tengas miedo de pedir ayuda a tus padres, maestros o alguien que sabes que te quiere mucho. Si te sientes asustado. Compartir tus sentimientos con alguien de confianza puede ayudarte a sentirte mejor.
¡Recuerda, puedes superar tus miedos con la ayuda de Dios y siguiendo estos pasos prácticos!
🔦 Juego. "No son fantasmas son sombras"
Objetivo:
Reforzar el tema de la clase sobre la confianza en Dios para superar el miedo, utilizando la metáfora de la luz que disipa las sombras.
Materiales:
- Una lámpara o linterna.
- Una pantalla grande o una pared blanca.
- Objetos simples para proyectar sombras, como figuras de animales, objetos cotidianos o formas geométricas.
Instrucciones:
1. Prepara el aula oscureciendo las luces y cerrando las cortinas para crear un ambiente de penumbra.
2. Coloca la lámpara o linterna en una mesa al frente del salón, apuntando hacia la pantalla grande o la pared blanca.
3. Invita a un niño a venir al frente y sostener la lámpara mientras los demás se sientan en sus lugares.
4. El niño que sostiene la lámpara debe proyectar sombras de los objetos simples sobre la pantalla o la pared.
5. Los demás niños deben tratar de descubrir qué figura se está creando con las sombras.
6. El niño que descubre correctamente la figura puede ser el próximo en sostener la lámpara y proyectar sombras, o pueden turnarse para dar a todos la oportunidad de participar.
7. Después de que varios niños hayan tenido la oportunidad de proyectar sombras, puedes hacer una breve reflexión relacionando el juego con el tema de la clase sobre el miedo y la confianza en Dios. Destaca cómo la luz de la lámpara representa la presencia de Dios que disipa las sombras del miedo cuando confiamos en él.
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Hoja de trabajo para niños pequeños
Hoja de trabajo para niños medianos
Hoja de trabajo para niños grandes
Respuestas
Consejos finales para los Maestros
1. Vincula las Preguntas con el Contenido: Asegúrate de que las preguntas en las hojas de trabajo estén directamente relacionadas con los puntos que abordarás en el bosquejo. Esto ayudará a los niños a conectar la información y entender mejor el mensaje.
2. Adapta Según la Edad: Cada grupo de niños tiene sus propias capacidades y niveles de comprensión. Ajusta tu enseñanza para adaptarse a la edad y nivel de comprensión de tus alumnos, de modo que puedan absorber mejor el contenido.
3. Dedica Tiempo para la Oración: Antes, durante y después de la clase, tómate un tiempo para orar. Ora por los niños antes de la clase, pidiendo que sus corazones estén receptivos y abiertos para aprender. Durante la clase, involucra a los niños en la oración, permitiéndoles compartir sus propias peticiones. Después de la clase, ora por aquellos que asistieron y también por aquellos que no pudieron asistir.
4. Preparación Anticipada: Descarga y imprime con suficiente antelación tus materiales de clase. Esto te permitirá revisar el contenido y asegurarte de que tienes todo lo necesario para una experiencia de aprendizaje efectiva.
5. Organiza Materiales: Prepara todos los materiales que necesitarás antes de la clase. Asegúrate de tener libros, hojas de trabajo, lápices, marcadores o cualquier otro material que planees usar durante la lección. Una buena organización facilitará el flujo de la clase.
6. Fomenta la Participación: Durante la clase, anima a los niños a participar y hacer preguntas. Crea un ambiente en el que se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y dudas. Esto fomentará un diálogo abierto y enriquecedor.
7. Variedad en la Enseñanza: Utiliza diferentes métodos de enseñanza para mantener el interés de los niños. Combina lecturas, actividades prácticas, preguntas interactivas y discusiones grupales para mantener la atención y la participación activa.
8. Sé Flexible: Aunque tengas un plan estructurado, sé flexible para ajustarte a las necesidades del grupo. Si ves que los niños están especialmente interesados en un tema en particular, puedes profundizar en ese tema y adaptar tu enfoque.
9. Crea un Ambiente Agradable: Asegúrate de que el espacio donde se lleva a cabo la clase sea acogedor y seguro. Utiliza colores alegres, coloca material visualmente atractivo y fomenta la interacción amigable entre los niños.
10. Termina con una Reflexión: Al final de la clase, brinda a los niños la oportunidad de reflexionar sobre lo que aprendieron. Puedes hacerlo a través de preguntas abiertas, dibujos o simplemente pidiéndoles que compartan lo que más les impactó.
Recuerda que cada niño es único, y tu dedicación en la preparación y la enseñanza tendrá un impacto duradero en su crecimiento espiritual y personal. ¡Disfruta del proceso y del privilegio de ser un maestro que guía y motiva a los niños en su camino de aprendizaje y descubrimiento!
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