Radiante


Para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable. Efesios 5:26-27  NVI

Efesios 5 nos muestra la obra del amor de Dios por la iglesia, de cómo la ha transformado para desposarse con ella.

¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. 11 Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Corintios 6:9-11

En este pasaje nos muestra la condición en la que muchos de nosotros nos encontrábamos y como hemos sido lavado, santificados y justificados en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, en este pasaje encontramos una gran lista de tantos males en los que aún muchos viven al estar alejados de Dios y una frase que nos hace recordar que en esa condición vivimos también nosotros “Y eso eran algunos de ustedes”  No debemos olvidar que la gracia, la compasión y el amor de Dios nos han transformado. Ahora en base a Efesios 5: 26-27  veremos la dimensión a la que el amor de Dios quiere llevarnos.

UNA IGLESIA RADIANTE

Radiante: Que brilla intensamente.
Radiante nos habla de una novia distinguida, que resalta entre todos y en su definición más clara, que brilla intensamente. Dios no viene por una esposa común y simple, El esposo viene en busca de una esposa brillante, extravagante en su aspecto como lo eran las novias en los tiempos antiguos, se ataviaban de los mejores vestidos de lino fino y resplandeciente, se ponían todas las joyas de la familia y si la familia no tenía joyas las pedían prestadas, pero la novia sabía que tenía que distinguirse y resplandecer, su rostro tenía que quedar brillante como el mármol y en su cultura eso era extraordinario. La novia de Cristo no tiene que tener miedo de brillar, no debe intimidarse ante la luz que Dios está emitiendo a través de su vida.

Muchos no se sienten preparados para lo que Dios quiere depositar en sus vidas, los temores de que cosas buenas sucedan están deteniendo a muchos, hay cosas, acciones que Dios nos está moviendo a hacer pero como son cosas nuevas creemos que eso no es para nosotros, muchos tienen miedo al éxito, miedo a que lo que estás haciendo funcione, miedo a dejar de ser un anónimo, miedo a que personas con cierta preparación o renombre lleguen a nuestra iglesia, miedo a que las sillas de la iglesia se llenen y no saber qué hacer con las personas, muchos son presa de la inseguridad, están acostumbrados a pensar en cosas pequeñas, en que nadie los conozca… y  sin darnos cuenta estamos muy mal, estamos totalmente alejados de lo que Dios espera de su iglesia, Él no viene por una iglesia así, Él viene por una iglesia “resplandeciente” ¿A qué te suena eso?  Eso me habla de una iglesia con identidad, segura, con la grandeza de Dios en su vida, que anhela el crecimiento y que cada día lo busca, una iglesia que se da a conocer, una iglesia que busca como ser atractiva al resto del mundo perdido, una iglesia que muy lejos de tener temor al crecimiento, sabe que darse a conocer es necesario. Así que es tiempo de brillar, haz a un lado el temor y resplandece con todo, todo lo que Dios te ha dado. No pidas permiso para brillar porque es el deseo de Dios que resplandezcas.

Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.
 Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.
 Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. Isaías 60:1-3

SIN MANCHA

Mancha: Señal o marca de suciedad en la superficie de una cosa. Hecho o cosa que perjudica la honra o el honor de alguien

Si las manchas son señales o marcas de suciedad en la superficie, tenemos que recordar que nuestras vestiduras ya fueron lavadas con la preciosa sangre de Cristo y si alguien quiere ver esas manchas esas señales, esas marcas que quedaron en la superficie, las vera solamente como un testimonio de lo que fue tu vida pasada porque hoy tu eres la esposa con vestiduras limpias, no hay manchas si Cristo te ha lavado, por fuera quizá haya señales o marcas, pero por dentro hemos sido santificados. El problema es que las personas cargan muchas veces con la culpa de lo que hicieron en el pasado y se siguen viendo sucios y condenados, eso en realidad es frustrante porque siempre tendrán altibajos en su vida, la culpa por lo que un día hicieron les impide ver lo que son ahora, no puedes detenerte, la iglesia no puede olvidarse de quien es ahora, de la posición en la que está delante de Dios, el pasado no puede seguir opacando el honor que Dios mismo te ha dado. Sin mancha quiere decir “Con honor” “Con honra”  Supera el pasado, restaura a los que haz herido, perdona a los que te han lastimado y si los que antes te conocieron no son capaces de olvidar lo que fuiste, no quieren perdonarte y no dejan sanarse entonces tu sigue tu camino y camina en la honra que Dios ya te ha dado.

NI ARRUGA

Arruga: Señal semejante a una raya muy fina que se forma en la piel al envejecer
Este último punto me encanta porque si el esposo no viene por una iglesia temerosa y con manchas, mucho menos por una iglesia envejecida y arrugada. Por supuesto que esto no tiene nada que ver con la condición física más bien es una condición del entendimiento. ¿Qué señales de envejecimiento hay en nuestra iglesia? ¿Estaremos dispuestos a dejar morir nuestra iglesia con tal de no hablar un mensaje de renovación y de transformación? ¿Cuántas veces más escucharemos un mensaje acerca de lo nuevo que Dios está derramando sobre esta generación? ¿A cuántos predicadores más tendremos que escuchar decir y hablar sobre lo que ya sabemos que Dios está haciendo y nosotros continuaremos dejando que las arrugas continúen desvaneciendo a la iglesia? Tenemos que ser parte del cambio que Dios está trayendo para alcanzar a las siguientes generaciones, dejemos de batallar en nuestra mente y dejemos de ser opositores del crecimiento y del alcance. Como disfruto platicar con personas que aunque son mayores puedes hablar con ellos de temas actuales, gente con la que haces clic y sus pláticas verdaderamente son interesantes y que difícil es cuando tienes que hablar con alguien simplemente porque es la compañía que tienes en ese momento y no quieres ser grosero pero ni hay temas en común, ni nada. ¿Qué clase de personas queremos ser nosotros? Yo no quiero por ejemplo que mis hijos me escuchen o que platiquen conmigo solamente porque soy su mamá pero yo vivir en un mundo totalmente desconectada de ellos, de su lenguaje, de sus intereses y aunque no es nada fácil estar al día con su lenguaje, sus programas y series favoritas, entender y ceder a ciertos gustos por ciertos cortes de pelo, cierta forma o estilo de vestir. Tengo que estar al día del porque lo están haciendo. Yo no puedo hacerlos a mi manera solamente porque a mí no me llama la atención lo que a ellos sí, no puedo obligarlos a ver las películas que a mí me gustan o a vestir o peinar exactamente igual a como mi esposo y yo lo hacemos y aunque tratamos siempre de buscar un equilibrio, orden y control en lo ellos quieren, estamos abiertos a muchas cosas que sabemos que no los dañan, simplemente son diferentes a nosotros. Esta nueva generación que aún se mantiene en las iglesias está recibiendo una forma diferente, una revelación nueva y nosotros tenemos que estar abiertos a ello. Yo quiero oír a esa nueva generación, quiero ser de los que los impulsen, de los que los descubran por mi parte yo no me pienso oponer a los cambios que están sucediendo y que están por suceder después de todo si hay algo que nunca deja de cambiar son los cambios.








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