¿Cuántos hemos tenido un sentimiento de
pertenencia cuando nuestra película
favorita está nominada a algún premio, o cuando nuestro equipo de futbol
favorito se enfrentará a otro el fin de semana, o cuando nuestro país competirá
en alguna disciplina durante las olimpiadas? El sentimiento de pertenencia
se define como una simpatía o inclinación recíproca entre los individuos que
conforman una comunidad ya sea un fandom, una escuela, un movimiento o incluso
una iglesia.
Y cuando tenemos
ese sentimiento especial por algo,
siempre queremos lo mejor para eso, y
lo mejor muchas veces no es la “forma” en cómo se encuentra. O más
simplificado, si queremos lo mejor para algo, debemos entender que a veces eso
debe pasar por un proceso y avanzar a algo mejor.
En esta semana acompañé a
mi mamá a su grupo de extensión, y cuando este terminó los adultos comenzaron
una larga plática sobre el peso de sus bebés, el cuidado de ellos, los
nacimiento y todo eso, y algo que recuerdo que mencionaron es que se siente feo
cuando llevas a tu bebé para que le pongan su primera inyección porque lo vas a
ver llorar y sabes que le va a doler, pero también sabes que sin esas
indispensables inyecciones contra el hepatitis, la polio y demás será muy
difícil para el bebé poder avanzar.
De la misma forma conozco
mucha gente que ama la iglesia, nuestra iglesia, y yo también la amo, tanto,
que muchas veces he pensado que otras actividades importantísimas me quitan tiempo que podría invertir en hacer
cada vez mejor la iglesia. De la misma forma debo admitir que hay personas que
aunque aman la iglesia y servir a Dios, es muy complicado para ellas comprender
que debemos avanzar para poder extendernos en la ciudad y alcanzar otro tipo de
personas.
Desde que mis papás
tuvieron la oportunidad de ir a la Iglesia Más Vida en Morelia hemos avanzando
más de lo que habíamos avanzado en muchísimos años, y hemos crecido, y aunque
estamos bien, todavía debemos seguir avanzando muchos más.
Amo y quiero lo mejor para mi iglesia, sé que
muchos deseamos poder crecer y conquistar nuestros sueños, que Dios mismo ha
puesto en nosotros, y como es así, como amamos nuestra iglesia, también debemos
querer que pueda avanzar.
1.- Porque quiero que avance, yo avanzaré con ella.
Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más
bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar
lo que está delante.
Filipenses
3:13
La meta que tenemos por delante todavía está muy
lejos, por eso no debemos conformarnos con la situación en la que nos
encontramos, la idea es estar constantemente pensando en que hacer que sea
nuevo, que hacer que sea innovador, como puedo ayudar en mi iglesia, que está
pasando en mi iglesia.
Pablo mismo dice
“no pienso que yo mismo lo haya logrado ya” y es que no lo hemos logrado aún, pero
¿Cuántos realmente tenemos como meta crecer como iglesia? ¿Cuántos queremos un
lugar grande y especial en donde la gente conozca a Dios? para poder avanzar con la iglesia debemos
hacer dos cosas:
1.1 Olvidar lo que queda atrás.
Olvidando lo que
queda atrás.
Filipenses 3:13
¿Qué hay atrás?
¿Qué está en el pasado? ¿Es mejor el pasado a la situación en la que nos
encontramos? Creo que nos encontramos en la mejor época hablando de nuestra
iglesia, mirar a lo que quedó atrás solamente nos va a retrasar. Expandiremos
un poco más inciso en el punto número dos.
1.2 Esforzarnos.
Una parte muy
importante de poder avanzar hacia adelante, es esforzarnos en lo que estamos
haciendo, en el área en la que estamos trabajando, como iglesia tenemos varios
equipos de ministerios que cada domingo o cada jueves o en sus casas a diario se
están esforzando porque estamos conectados en un mismo propósito “poder
avanzar” y juntos hacemos ruido en la ciudad que atrae a más personas que se
encuentran alejados de nosotros pero muy cerca.
Si cada persona de la
iglesia se esforzara en un área para poder avanzar juntos podríamos lograr
muchísimo más en mucho menos tiempo. Recuerdo un tema que una vez di que se
llamó “Parezcamos miles” en donde hablé un poco acerca de que cuando pensamos
como uno solo, podemos realmente crear un gran impacto en nuestra ciudad o
comunidad.
Como amantes
de nuestra iglesia debemos esforzarnos por hacer que está pueda resonar en la
ciudad. Yo escuché está palabra hace varios meses y ojalá que pueda verse
cumplida en Oaxaca, Huautla y Acapulco. Mi papá un domingo oró y sentimos algo
muy especial como no habíamos sentido antes y él dijo que Dios nos daría el
mejor lugar de la ciudad. Hoy nos encontramos en el centro de la ciudad, la
marea de gente que pasa frente a la iglesia es muy grande, me encanta donde nos
encontramos, pero aún necesitamos de mucho esfuerzo para poder alcanzar a todos
los perdidos que caminan a diario y pasan junto a la iglesia.
La iglesia
seguirá creciendo, y yo no me quiero quedar atrás, quiero proseguir como Pablo
a la meta, quiero seguir esforzándome sin conformarme con lo que haya a mi
alrededor, y avanzaré con mi iglesia porque la amo.
2.- Porque quiero que avance, no miraré atrás.
Jesús le respondió:
―Nadie
que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de
Dios.
Lucas 9:62
Un problema muy grande al que
nos enfrentábamos con los jóvenes cuando queríamos comenzar a dar un giro fue
con las voces que hablaban de cómo era antes la cosa y como se hacían las cosas,
porque constantemente miraban al pasado, y era tanto que no se nos permitía
avanzar con fuerza.
Cuando las personas a nuestro alrededor
están mirando constantemente el pasado y anhelan volver a él es más complicado
poder avanzar hacia adelante.
He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a
luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la
soledad.
Isaías 43:19
El señor mismo dice que todas las cosas las hace nuevas. Si realmente
amamos nuestra iglesia, la iglesia en la que el Señor nos ha puesto, es
necesario que podamos olvidar lo que quedó atrás. ¿A quién le gustaría volver a
los tiempos pasados? Si amamos a nuestra iglesia hay que comenzar a ver un poco
más allá de lo que vemos ahora, hay que ver un poco más al futuro sin temerle.
La gente le teme a lo
desconocido, pero en el amor de Dios no hay temor, él nos está llevando por un
camino muy diferente, y deberíamos dar gracias porque nos permite ir por este
camino. No hay que mirar atrás.
2
― ¡Cómo quisiéramos que el Señor nos hubiera quitado la vida en Egipto!
—les decían los israelitas—. Allá nos sentábamos en torno a las ollas de carne
y comíamos pan hasta saciarnos. ¡Ustedes nos han traído a este desierto para
matar de hambre a toda la comunidad!
Éxodo 16:3
Estos israelitas no estaban
contentos con nada, al renegar y desear volver a lo que estaba atrás estaba
siendo un estorbo para poder avanzar hacia adelante.
La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha
dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los
ejércitos.
Hageo 2:9
Muchas
veces he escuchado a predicadores hablar sobre la “gloria postrera” y han orado
y dicho que las futuras generaciones impactarán y que alcanzar a los jóvenes y
niños, pero muchos de esos mismo han decidido plantar sus pies en el pasado y mantenerse
en una atmosfera que difícilmente va a ser una “gloria postrera”
Creo que muchos de los que escucharán esta palabra aman la iglesia, y
desean ver una gloria renovada sobre sus hijos
y nietos, sé que anhelan ver algo nuevo y diferente levantarse, y
comenzarán a ver hacia adelante, para no volver a mirar atrás.
3.- Y como entiendo porque avanza, amo mi iglesia.
El Señor nuestro Dios afirma que no solo hace su pacto y
su juramento con los que ahora estamos en su presencia, 15 sino también con
los que todavía no se encuentran entre nosotros
Deuteronomio 29:14.15
El objetivo por el que hacemos las cosas,
la razón por la que predicamos midiendo el tiempo, la razón por la que cantamos
canciones con nuevos estilos musicales e incluso cosas tan insignificantes como
poner luces o tener una bomba de humo es precisamente porque queremos llegar a las futuras generaciones.
Una vez escuché de parte de un muy
buen predicador que a los jóvenes no los podemos alcanzar con las mismas
herramientas que ocuparon nuestros abuelos o padres, sino que debemos tener
nuevas herramientas y es que ¿Quién no quiere a su hijo o descendiente rendido
a los pies del señor?
La generación de jóvenes actual ha
crecido con una mentalidad que hace muy difícil que la iglesia pueda acercarse.
Pero somos iglesia diferente ¿O no? Y está en nuestras manos alcanzarlos. Todos
podemos ser parte de ello, todos podemos cooperar a que nuestra iglesia alcance
a los jóvenes de nuestra comunidad.
Y como sabemos cuál es nuestro
objetivo al hacer cada cosas que hacemos de una forma diferente, y como
reconocemos que no es por un propósito malo, y es que hay gente que piensa que
lo hacemos por maldad cuando no es así, podemos entender que lo que nuestra
iglesia más quiere es como siempre, mostrar el mensaje de Jesús a todos.
“Sucederá
que en los últimos días —dice Dios—,
derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
tendrán visiones los jóvenes
y sueños los ancianos. “Sucederá que en los últimos días —dice Dios—,
derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
tendrán visiones los jóvenes
y sueños los ancianos.
derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
tendrán visiones los jóvenes
y sueños los ancianos. “Sucederá que en los últimos días —dice Dios—,
derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
tendrán visiones los jóvenes
y sueños los ancianos.
Hechos 2:16
No importa la
edad que tengamos, Jesús tiene algo para nosotros, si somos jóvenes veremos
cosas como nunca hemos visto, si somos más grandes Dios tiene preparados sueños
para cada uno, pero en este tiempo no nos vamos a quedar con las manos vacías.
Vamos a avanzar, el Señor nos va a llevar hacia adelante no hacia atrás, aunque
a mucha gente no le guste, pero así será, y veremos entonces la gloria de Dios
en todo ser y un impacto muy grande
ocasionaremos en la ciudad que el Señor nuestro Dios no ha entregado.
El Señor
nos está llamando a que si no teníamos un lazo con nuestra iglesia, lo
formemos, porque somos piezas necesarias para él, y no quiere que nos quedemos
atrás quiere que avancemos hacia la meta, quiere que amemos nuestra iglesia y
que permanezcamos firmes en él y en su palabra.
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