Serie: libres del rechazo
Durante este mes fomentaremos
la amistad y el compañerismo en la iglesia, es nuestro deseo que la iglesia camine unida,
pero muchas veces no vemos la actitud que deseamos en nuestros miembros porque
hay raíces que están estorbando, como esa malas espinas que ahogan el crecimiento de las relaciones.
La raíz de amargura es uno de
los principales problemas que debemos erradicar y evitar que crezca dentro de
nuestras congregaciones. Una persona con raíz de amargura contamina a otras,
como una fruta dañada afecta a las demás.
No es muy difícil identificar
a alguien con raíz de amargura por lo regular viven causando problemas, nadie
quiere trabajar con ellos, son motivo de queja de los demás. En la biblia
aprendemos tres cosas claves sobre la raíz de amargura, veamos cuales son.
¿CÓMO
SE FORMA LA RAÍZ DE AMARGURA?
Como ya hemos hablado en días
pasados, la biblia nos da muchas lecciones a través de las plantas, una de las
más importantes es la ley de la siembra y cosecha.
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gálatas 6.7
La raíz de amargura no es una situación
esporádica o que surgió de un día a otro, sino el resultado de una semilla que
fue sembrada. Toda mala actitud en una persona tiene su origen, cuando vemos a
personas que tienen malos comportamientos hacia los demás entendemos que algo
malo les ocurrió (como dicen no los abrazaron de chiquitos) y decidieron actuar
en el futuro de esa manera. Incluso muchos conflictos que estallan en un hogar
tienen su origen en otra situación, sencillamente alguien se sintió herido por
una persona ajena a la familia no lo pudo superar y después terminó discutiendo
con su familia por algo mínimo que hicieron.
Porque sembraron viento, y torbellino segarán… Oseas 8.7
Muchas raíces de amargura comenzaron
con situaciones de nuestra vida que nos marcaron, personas que en algún momento
nos hirieron y no podemos perdonar, con el paso del tiempo volvemos a estar en
situaciones similares y la raíz de amargura vuelve a surgir.
Por ejemplo hay personas que no pueden actuar de forma
sumisa a una autoridad porque en el pasado precisamente una autoridad
(posiblemente su padre) le dio una mala experiencia. También hay personas que
cada vez que comienzan a desarrollar amistades terminan arruinándolas con sus malas actitudes (raíz de amargura) porque en
el pasado tuvieron alguna mala experiencia con alguien a quien le dieron su amistad, ese momento produjo una herida que
vuelve a surgir cada vez que trata de hacer nuevas amistades.
¿CÓMO
NOS AFECTA LA RAÍZ DE AMARGURA?
…
que brotando alguna raíz de amargura, os
estorbe, y por ella muchos sean contaminados… Hebreos 12.15
Os
estorbe
Existe una gran verdad sobre las personas que
tienen problemas de amargura, “están sufriendo”. La versión NTV dice: “los
trastorne” toda persona que
hiere a otros ha sido herida.
Es
difícil para las personas crecer cuando tienen raíces de amargura en su vida.
Continuamente se encontrarán luchando con su malas actitudes, cuando intenten
servir se les dificultará porque tienen problemas para demostrar su afecto a
los demás. Algunos ni siquiera podrán intentar crecer porque tienen heridas que
forman muros de separación.
Algunos
creyentes han bloqueado su relación con los demás, esto los separa del rebaño y
frecuentemente son ignorados porque ellos mismos se asilan, el problema es que
al ser ignorados más grande se vuelve la herida en su interior.
El
creyente con raíces de amargura no llena el perfil de un cristiano maduro, si
realmente desea crecer debe liberarse de la raíz que lo está estorbando. Debe
aceptar que ha dejado que su corazón se llene de malos pensamientos hacia los
demás, debe aceptar y reconocer que necesita sanidad, debe enfrentar con
entendimiento la realidad y buscar su crecimiento.
Muchos
sean contaminados
En
algún momento todos somos tentados a permitir que las raíces de amargura crezcan
en nuestras vidas. La biblia dice que la raíz de amargura es como un virus
contagioso que puede afectar a los demás. Cuando una persona está infectada por
la amargura la propaga continuamente a través de sus acciones, cuando habla de
su boca sale dolor, queja, ofensa y contamina a los que están a su
alrededor.
…advierte
a los miembros de la iglesia que no deben seguir discutiendo. Esas discusiones
no ayudan a nadie, y dañan a quienes las oyen. 2 Timoteo 2.14 TLA
Cuando
las personas tienen amargura son propensas a discutir, y sus discusiones
afectan a los demás. Pablo hizo un llamado para que no se contaminaran a través
de las discusiones. Pero esto no sólo ocurre dentro de la iglesia. Piense en un
padre o madre, que no mide sus palabras en su casa por lo que sus hijos
terminan afectados y lo que es peor repetirán en el futuro ese comportamiento.
Pues los hijos son el reflejo de sus padres. A los padres no les gusta que alguien
les reclame sobre la conducta de sus hijos y muchas veces trataran de evadir la
situación buscando culpables de la conducta de ellos, pero a realidad es que
sus hijos son su viva imagen, si un padre o madre tiene una raíz de amargura su
familia será contaminada.
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,
gritería y maledicencia, y toda malicia. Efesios 4.31
¿CÓMO NOS LIBERAMOS DE LA RAÍZ DE AMARGURA?
Manténganse vigilantes para que nadie quede
privado de la gracia de Dios; para que ninguna planta dañina, capaz de
perturbar y emponzoñar a toda una multitud, crezca entre ustedes. BLPH
La
expresión “Mirad bien” (la versión BLPH traduce acertadamente vigilantes) en el griego es la misma que
aparece en 1 Pedro 5.2 pero se traduce “cuidando” esta palabra originalmente se
refiere a los vigías que observaban desde la torre para prevenir peligros sobre
la ciudad. Esto quiere decir que es deber de todos cuidarnos mutuamente. Cuando
alguien comienza a mostrar síntomas extraños en su comportamiento todos los demás
tienen que estar atentos, “no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de
Dios”
Así que, ya no
nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Romanos 14.13
Sobrellevad los unos las
cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Gálatas 6.2
En
la escritura continuamente encontramos la expresión “unos a los otros” es difícil que alguien sea contaminado por la
amargura cuando unos a otros se apoyan.
Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis 1 Tesalonicenses 5.11
Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para
con otros, y para con todos. 1 Tesalonicenses 5.15
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;
Hebreos 10.24
Si
hacemos estas cosas nadie será contaminado por la raíz de amargura.
Por otro lado el escritor de
hebreos nos dice cuál es la vacuna para este virus de amargura, “LA GRACIA DEL
SEÑOR”
Mirad
bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios… Hebreos 12.15a
Dice
la biblia que la amargura es la ausencia de la gracia del Señor, la gracia es
el preventivo para que las heridas no nos provoquen amargura en nuestra alma.
Si la ausencia de la gracia es lo que provoca que se desarrolle la amargura en
nosotros, el regreso a ella es lo que nos curará de la amargura.
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca,
sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4.29
Así
como nuestras palabras pueden contaminar a otros como veíamos 2 Timoteo 2.14.
Con nuestras palabras podemos llevar a los demás a la gracia del Señor. En
lugar de convertirnos en propagadores del veneno de la amargura, seamos
propagadores de la gracia del Señor.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la
gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Hebreos 4.16
Si
hoy reconoces que te has alejado tanto de la gracia del Señor y que la raíz de
amargura ha crecido en tu alma, ve al trono de la gracia. Perdona a todos
aquellos que te han herido y decide cambiar tu actitud hacia todos los que tú
has herido a través de un sincero
arrepentimiento.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas,
os perdonará también a vosotros
vuestro Padre celestial. Mateo 6.14
En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia. Efesios 1.7
La
gracia del Señor nos liberará de la amargura.
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