Estudio bíblico para niños "La Creación"


La creación

En el principio, creó Dios los cielos y la tierra. Génesis 1.1

¡Vayamos al principio de todo! No al principio del año, ni al de tu nacimiento; tampoco al de tus padres. No, tampoco al de Jesús. Vamos al principio que la Biblia nos cuenta, al inicio de la creación, cuando Dios hizo todo lo que podemos ver: creó la luz, las plantas, los animales, el hombre, ¡y mucho más!

En ese momento extraordinario, Dios estaba como un artista creando su obra maestra. Imagina un lienzo en blanco, pero en lugar de usar pinceles y pinturas, Dios usó Su increíble poder y amor para dar vida a todo. ¡Fue asombroso! Primero, dijo: "Que haya luz", y así nació la luz, separando el día de la noche.

Luego, con gran detalle y cuidado, formó los cielos, los océanos y la tierra. No fue un simple acto, ¡fue una obra de arte divina! Dios se ocupó de cada detalle, desde la grandiosidad de las montañas hasta la delicadeza de una flor.

Pero lo más emocionante estaba por venir. ¡Dios creó a la humanidad a Su propia imagen! Nos creó a ti y a mí, con amor y propósito. Éramos como piezas únicas en el rompecabezas perfecto de Su creación.

Ahora, ¿Qué nos enseña la creación?

Nos enseña que Dios es Creador

¡El verdadero genio detrás de todo! Imagina que eres un artista admirando una pintura increíble. La creación es la obra maestra de Dios, y cada rincón muestra Su habilidad única y asombrosa.

Dios no solo tiene el poder para crear, sino que también es el único con la capacidad de dar vida a partir de la nada. ¡Nadie más puede hacer eso! Incluso cuando Moisés golpeó el polvo y se convirtió en piojos, mostrando un milagro sorprendente, los magos de Faraón no pudieron igualarlo. Porque crear de la nada, dar vida con solo desearlo, es el sello distintivo de Dios.

Y aquí está lo fascinante: Dios no solo es creador, ¡sino también creativo! Él no copia, no imita, sino que da vida a cosas que solo Él pudo imaginar. Cada animal, cada planta, ¡incluso cada detalle único que te hace ser tú! Todo fue concebido en la mente creativa de Dios.

Cuando decimos que Dios es el creador, también estamos diciendo que Él es diferente de Su creación. Nosotros somos como las piezas en su rompecabezas perfecto, y Él es el diseñador. Somos criaturas maravillosas, pero Dios es el maestro creativo que nos formó con amor y detalle.

Así que, al observar la creación, vemos no solo la grandeza de lo que existe, sino también el corazón creativo de nuestro increíble Dios. ¡Qué privilegio ser parte de Su obra maestra!

Nos enseña que Dios es eterno.

Si alguna vez te has preguntado si Dios tuvo un comienzo, la respuesta es no. Antes de que el mundo existiera, antes de que nacieras, antes de que tus padres nacieran, ¡Dios ya estaba allí! Y aquí está la cosa más asombrosa: cuando todo en este mundo llegue a su fin, cuando las estrellas dejen de brillar y el tiempo deje de contar, ¡Dios seguirá siendo Dios! Él no tiene un principio ni un final; es eterno.

Imagina el tiempo como un largo, largo camino que se extiende hacia atrás y hacia adelante. Puedes caminar hacia atrás y encontrar el comienzo de tu vida, el comienzo de tu familia, incluso el comienzo del mundo. Pero cuando llegas al comienzo de todo, ahí está Dios, ya existiendo. Y si caminaras hacia adelante, incluso más allá de tu propia vida, más allá de lo que puedes ver, Dios seguiría siendo el mismo. Él no tiene principio ni fin.

Y aquí viene lo increíble: Dios, siendo eterno, desea que tú también seas eterno. Quiere que vivas para siempre. Por eso, nos ofreció la salvación a través de Jesús. La salvación es como un regalo que nos da para que podamos vivir eternamente con Él. ¿Te imaginas lo que es la eternidad? No tiene fin, no tiene límites. Es como un amor que nunca termina, una aventura que nunca se agota.

Así que, cuando pienses en Dios siendo eterno, recuerda que Su deseo es que vivas para siempre con Él. ¡Una eternidad de amor, aventuras y descubrimientos en Su presencia! 

Nos enseña que Dios es amor.

Imagina un amor tan grande, tan profundo y tan completo que es la esencia misma de Dios. Ese es el amor de Dios. Él no solo tiene amor o muestra amor; Él es amor. Y lo más sorprendente es que este amor se extiende a toda Su creación, pero hay algo especial en cómo ama al ser humano.

Cuando Jesús vino a este mundo, no vino solo como un gran maestro o un líder espiritual. ¡No, vino como el regalo más grande de amor que el mundo haya conocido! Él vino a salvarnos, a rescatarnos de todo lo que nos separa de Dios. ¿Y sabes por qué? Porque Dios ama al ser humano de una manera única y extraordinaria.

Cada día de la creación fue como un regalo de amor divino, un regalo que nos muestra cuánto nos ama. Él diseñó un mundo perfecto, lleno de maravillas, donde el hombre y la mujer podrían experimentar la felicidad y la plenitud.

La creación entera refleja el amor de Dios, pero lo más asombroso es que, incluso cuando la humanidad se apartó de Él, Dios no nos abandonó. Envió a Jesús para restaurar la relación perdida, para que pudiéramos experimentar el amor redentor y transformador.

Entonces, cada vez que pienses en el amor de Dios, recuerda que eres amado de una manera única y especial. ¡Eres la obra maestra de Su amor, creada para experimentar una vida plena y llena de propósito!

Estos fueron los días de la creación.

Día 1 la luz
Día 2 la separación de las aguas y los cielos
Día 3 el mar y la tierra
Día 4 el sol la luna y las estrellas
Día 5 los peces y las aves
Día 6 los animales y al ser humano
Día 7 descansó y observó su creación

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Niños pequeños que no saben leer



la creacion para colorear

  Clase para niños medianos





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Respuestas de la sopa de letras




Consejos finales para los Maestros


1. Vincula las Preguntas con el Contenido: Asegúrate de que las preguntas en las hojas de trabajo estén directamente relacionadas con los puntos que abordarás en el bosquejo. Esto ayudará a los niños a conectar la información y entender mejor el mensaje.


2. Adapta Según la Edad: Cada grupo de niños tiene sus propias capacidades y niveles de comprensión. Ajusta tu enseñanza para adaptarse a la edad y nivel de comprensión de tus alumnos, de modo que puedan absorber mejor el contenido.


3. Dedica Tiempo para la Oración: Antes, durante y después de la clase, tómate un tiempo para orar. Ora por los niños antes de la clase, pidiendo que sus corazones estén receptivos y abiertos para aprender. Durante la clase, involucra a los niños en la oración, permitiéndoles compartir sus propias peticiones. Después de la clase, ora por aquellos que asistieron y también por aquellos que no pudieron asistir.


4. Preparación Anticipada: Descarga y imprime con suficiente antelación tus materiales de clase. Esto te permitirá revisar el contenido y asegurarte de que tienes todo lo necesario para una experiencia de aprendizaje efectiva.


5. Organiza Materiales: Prepara todos los materiales que necesitarás antes de la clase. Asegúrate de tener libros, hojas de trabajo, lápices, marcadores o cualquier otro material que planees usar durante la lección. Una buena organización facilitará el flujo de la clase.


6. Fomenta la Participación: Durante la clase, anima a los niños a participar y hacer preguntas. Crea un ambiente en el que se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y dudas. Esto fomentará un diálogo abierto y enriquecedor.


7. Variedad en la Enseñanza: Utiliza diferentes métodos de enseñanza para mantener el interés de los niños. Combina lecturas, actividades prácticas, preguntas interactivas y discusiones grupales para mantener la atención y la participación activa.


8. Sé Flexible: Aunque tengas un plan estructurado, sé flexible para ajustarte a las necesidades del grupo. Si ves que los niños están especialmente interesados en un tema en particular, puedes profundizar en ese tema y adaptar tu enfoque.


9. Crea un Ambiente Agradable: Asegúrate de que el espacio donde se lleva a cabo la clase sea acogedor y seguro. Utiliza colores alegres, coloca material visualmente atractivo y fomenta la interacción amigable entre los niños.


10. Termina con una Reflexión: Al final de la clase, brinda a los niños la oportunidad de reflexionar sobre lo que aprendieron. Puedes hacerlo a través de preguntas abiertas, dibujos o simplemente pidiéndoles que compartan lo que más les impactó.


Recuerda que cada niño es único, y tu dedicación en la preparación y la enseñanza tendrá un impacto duradero en su crecimiento espiritual y personal. ¡Disfruta del proceso y del privilegio de ser un maestro que guía y motiva a los niños en su camino de aprendizaje y descubrimiento!


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6 comentarios:

  1. excelente me gusto. exitos y bendiciones

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    1. Agradecemos mucho tu comentario nos ayuda a seguir trabajando en más clases.

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  2. Anónimo17:41

    Me encanta..Gracias.

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    1. Muchas gracias por comentar, nos gustaría que nos comentaran si hay alguna clase en especial que no encontraron para poder publicarla

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  3. Anónimo17:25

    Bello todo me encantó gracias

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    1. Gracias por tu comentario lo apreciamos mucho. Dios te bendiga grandemente

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