A veces hay creyentes que tienen la sensación de estar trabajando
solos, sienten que nadie los apoya, o piensan que solamente ellos tienen
proyectos, visiones, planes etc., pero en realidad en la mayoría de los casos
esto no es así. El problema es que vemos las cosas desde nuestros intereses y
nos olvidamos de los interese de los demás.
Hay tres razones por las que creemos que los demás no están
trabajando
I.
Porque estamos
pasando por un tiempo de estrés y cansancio
El respondió: He sentido un
vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han
dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus
profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida. 1 reyes 19.10
Es evidente que Elías siendo un hombre con pasiones
semejantes a las nuestras demostrara su debilidad a través de sus palabras, después
de haber pasado por desgastante conflicto físico y espiritual con los falsos
profetas. Elías creía que era el único, es verdad que su esfuerzo era notable y
sobresaliente, pero en realidad no era el único que permanecía firme ante el
Señor.
Había otros profetas en el tiempo de Elías que seguían
fieles al Señor, además de Abdías quien estaba sirviendo dándoles protección a
los profetas.
13¿No ha sido dicho a mi señor
lo que hice, cuando Jezabel mataba a los profetas de Jehová; que escondí a cien
varones de los profetas de Jehová de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los
mantuve con pan y agua? 1 reyes 18.13
Y ¿Qué hay de la viuda? ella lo mantuvo con vida
en su casa dándole comida ¿No servía al Señor en cierta forma? 1 reyes 17.8
Las crisis emocionales de algunos creyentes los
hacen creer que son los únicos que están al frente de la batalla, y desconocer
los pequeños pero importantes servicios de aquellos que incluso trabajan para ellos.
A veces por el simple hecho de que algunos
servicios de creyentes no figuran dentro de lo sobrenatural se menosprecian,
pocas veces valoramos quienes hicieron la limpieza del lugar donde nos
reunimos, pues estamos acostumbrados a llegar sentarnos y salirnos, sin pensar
en ese pequeño detalle del lugar limpio, o ¿Qué tal los adornos?, pocas veces
no ponemos a pensar en quien tuvo que invertir tiempo de sus días para crearlos
y colocarlos, pero como no es algo espiritual simplemente lo menospreciamos. Si
los adornos y la limpieza del lugar no fueran de gran importancia ¿para qué
entonces el Señor se molesta en prepararnos un lugar especial para vivir?
II.
Porque
ignoramos los dones espirituales
En muchos de nuestros temas insistimos
en que la iglesia debe comprender muy bien el tema de los dones espirituales,
el apóstol Pablo dedico tiempo en algunas de sus cartas para dejarnos en claro
la importancia de ellos. (Vea nuestros temas ¿Cuántos dones hay? Y La higuera estéril)
Uno de los principales peligros en
cuanto a los dones es la proyección de dones,
es decir cuando esperamos que todos trabajen en aquello que es nuestro don, y
nos negamos a aceptar la idea de que los demás no pueden funcionar al mismo
nivel que nosotros.
Si tenemos el don de evangelismo nos
molestamos cuando los demás no quieren salir a las calles, si tenemos el don de
enseñanza nos disgusta que los demás no muestren interés por los estudios; si
tenemos el don de servicio nos incomoda que otros estén muy cómodos sin servir, y así con todos los
demás dones que hay. Es verdad que como cristianos tenemos la obligación de
cumplir con los deberes de la iglesia, pero es importante entender que hay
creyentes dotados con la capacidad especial para realizar esas tareas de forma
superior, por eso tienen el don. Si todos pudiéramos hacer todas las tareas
entonces sencillamente ¿para qué Dios dio dones?
Es por esto que algunos creyentes se
sienten solos trabajando porque no son capaces de poner atención al trabajo de
los demás, pensando que no están haciendo nada, es verdad que hay muchos
hermanos que no están funcionando debidamente, pero el problema no es que no
quieren trabajar sino que necesitan que se les ayude a descubrir su don para
poder servir apropiadamente.
Si dejáramos de pensar en que los
demás se involucren en “mi trabajo” nos daríamos cuenta que los demás tienen
“su trabajo” y que posiblemente también están requiriendo de ayuda.
Recuerde por un momento a Marta
molesta porque su hermana María no le ayudaba en el trabajo de la casa
Pero Marta
se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da
cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41Respondiendo
Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
42Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte,
la cual no le será quitada. Lucas 10. 40-42
De igual forma muchos cristianos hoy viven quejándose delante del Señor
porque creen que es deber de los demás ayudarles en sus tareas, pero el Señor
sabe que lo demás están haciendo lo apropiado también
III.
Porque queremos
comprender todo humanamente
Hay una hermosa parábola que nos enseña este principio, el Señor
dice: el
reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por
la mañana a contratar obreros para su viña. Mateo 20.1
El padre de familia contrató a diferentes
obreros en diferentes horarios, pagándoles al final lo mismo a todos, los que
trabajaron más se molestaron por recibir la misma paga que los que llegaron al
final del día a trabajar.
Pero el Señor explica desde el principio de la
parábola que así es el reino de los cielos, es
decir que las cosas en su reino no se hacen de la misma forma que las
hacemos en nuestro mundo terrenal. Uno de los principales conflictos en la
iglesia es la gran cantidad de creyentes que quieren que las cosas se hagan
como ellos acostumbran de forma natural y humana, es por eso que los liderazgos
fallan, las estructuras se corrompen, y los planes fracasan, porque intentamos
dirigirnos en lo espiritual con lo terrenal.
El Señor pregunta ¿no conviniste conmigo en un denario? 14Toma lo que es
tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. 15¿No me
es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy
bueno? (v. 13-15)
No
podemos cuestionar las decisiones del Señor, es Su Reino y Él sabe lo que debe
hacer. A veces algunos hermanos se molestan porque otros aparentemente no
trabajan y el Señor parece recompensarlos de la misma manera que a ellos,
incluso tal vez hasta mejor, pero acaso ¿No tiene el Señor derecho de hacerlo
así?
Estamos acostumbrados a valorar a los demás por
la cantidad de trabajo que hacen, nos desagrada pagar un alto precio cuando el
mecánico tardo unos cuantos minutos en reparar el automóvil, porque queremos ver a la gente trabajar para pagarles,
incluso la calidad del sermón influye a la hora de ofrendar en muchos, porque
esperan pagar de acuerdo a lo que creen recibieron; sin embargo esto no es así
para el Señor en su soberana gracia el da y reparte como quiere.
Nuestro pensamiento humanos nos dice que entre mas trabajamos mas el señor se agradará de nosotros, y entre menos trabajemos menos bendición recibiremos, esto hace que algunos creyentes se sientan solos por el simple
hecho de que piensan que están haciendo más que los demás. Sin embargo el apóstol
Pablo reconocía que esto era nada más que la gracia de Dios sobre él.
Pero por la gracia de Dios soy
lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más
que todos ellos (los otros apóstoles); pero no yo, sino la gracia de Dios
conmigo. 1 corintios 15. 8 paréntesis agregado
La próxima vez que se sienta solo, deje a un lado el estrés, mire por un
momento a su alrededor y valore el trabajo que los demás realizan, valore la
gracia de Dios sobre su vida y gócese de ser un gran instrumento en Sus manos.
ES EXCELENTE MUCHAS BENDICIONES MI PASTOR, Y QUE CADA DÍA NUESTRO DIOS LE SIGA DANDO SABIDURÍA PARA GUIARNOS UN ABRAZO FRATERNAL.
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