FRUCTIFICANDO A TRAVÉS DE LOS DONES
Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. 7 Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? 8 Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. 9Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después Lucas 13:6-9
LA RAZÓN DE LA IMPRODUCTIVIDAD DE LA IGLESIA
Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Lucas 13:6
Cuantos creyentes dentro de la iglesia están realmente produciendo fruto, la gran mayoría solo se han vuelto espectadores de los acontecimientos de la iglesia, el problema consiste principalmente que muchos de estos creyentes no encuentran su lugar en la iglesia, ellos dicen: no se cantar, no se predicar, ¿Qué puedo hacer? De tal manera que se quedan solo observando, y cada vez que el mensaje del pastor habla sobre la importancia de servir en la obra, se sienten impotentes, esto no seria así, si tan solo entendieran que no se trata solamente de cantar y predicar, que existen una infinidad de aéreas en la iglesia en la que posiblemente ellos encajan.
TRES AÑOS ES EL LIMITE
Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo (v.7)
El Señor busca fruto en la vida de los discípulos desde el primer año, por años muchos creyentes pasan el tiempo en sus iglesias sin hacer nada, algunos han rebasado los tres años del limite en el cual el Señor esperaba que dieran fruto, algunos después de cinco seis años siguen poniendo excusas de no estar preparados para el trabajo.
Tres años es el tiempo limite para recibir el entrenamiento adecuado para poder producir frutos, fue el tiempo que Jesús trabajo con sus discípulos, (entendido por las tres celebraciones de pascua registradas en Juan que son anuales), tres años Pablo procura capacitarse, Gálatas 1:18, tres años amonesto a los creyentes de Mileto “por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.” Hechos 20:31, tres años duro la preparación de Daniel, “que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey” Dn. 1:5
Quizás de ahí viene el que muchos institutos bíblicos duren tres años, sin embargo aun muchos al salir no logran dar frutos, aunque el conocimiento y el aprendizaje han sido buenos no es suficiente cuando desconocen sus dones, esto les hace desconocer su propósito y llamado, por fortuna hoy las escuelas bíblicas están dando un giro muy importante en sus sistemas de estudio moviéndose hacia lo apostólico, estableciendo materias de mayor prioridad para el discípulo, , como son los dones espirituales, entender este principio lo comparto actualmente en el instituto bíblico misionero. Puede ser que la materia de los dones ya existían en algunos lugares de preparación, pero solo como un conocimiento teórico sin nada de práctica, solo definiciones y ejemplos pero sin entrar al descubrimiento y desarrollo en la vida de los discípulos.
Conocer nuestro don es unas de las principales prioridades en la vida de un cristiano, de muy poco sirve tener deseos y ganas de trabajar sin saber en donde tienes que trabajar. Hemos aprendido que llevar a los creyentes a descubrir su don los hace más efectivos, y productivos dentro de la iglesia,
INUTILIZANDO LAS ÁREAS DE LA IGLESIA
Córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? (v.7)
¿Qué hace un creyente en un área para la cual no tiene el don adecuado? Simple y sencillamente la inutiliza, muchos creyentes tiene la buena, muy sincera y deseosa intención de servir en algún puesto de la iglesia, pero la verdad es que no dan resultados, y es que no tiene que ver con buenas intenciones, ni deseos fervientes, ni sinceridad, lo que vale es el don y la habilidad que este posee. Hace tiempo estudiando en un internado (el mismo instituto en el que ahora doy clases) aprendí a tocar un poco la guitarra y el teclado, lo que me enseñaron aprendí, no tengo oído musical, no puedo sacar melodías, no puedo avanzar de la forma en que aprendí, en resumen no tengo el don, lo aprendí por necesidad y no por gusto, recuerdo que mientras aprendía a tocar la guitarra un compañero mío aprendió la guitarra, el teclado, la batería, mientras yo pasaba quizás una hora aprendiendo y me subía para realizar otras actividades, oía como mi compañero seguía tocando por horas los instrumentos de la iglesia, la razón de esta diferencia era sencilla, él tenía el don y yo no, en la iglesia toque por necesidad, nadie sabía tocar y yo era el único, pero durante un buen tiempo eran los mismos cantos, el mismo ritmo, parecía disco rayado, hasta que decidí dejar de tocar ¿para qué inutilizaba la tierra? Esto parecería rebelión pero en realidad era motivación para la iglesia, comenzamos a cantar con discos, esto provoco una reacción en la iglesia, pronto un hermano movido por su don comenzó a expresar su necesidad por la música, consiguió otros aparatos, surgieron algunos que realmente sabían tocar, y comenzaron a formar su grupo, que actualmente ministra en la iglesia que trabajamos anteriormente, ¿Qué hubiera ocurrido si yo hubiese permanecido tocando? No hubiera dado la oportunidad a otros de funcionar en el ministerio de alabanza, es importante servir en la iglesia para cubrir la necesidad pero cuando hay creyentes que el Señor comienza a despertar en algún área y tienen el don es mejor dejar esa área a los que pueden producir mejores frutos.
Esto es muy difícil para muchos pues tiene que renunciar a sus cargos, pero si somos realmente sinceros y honestos con nosotros mismos reconoceríamos que en nuestras manos ese cargo no avanzara mucho, en cambio en manos de alguien con el don fructificaría, tenemos que recordar que no se trata de nosotros de cómo tenemos que sentirnos, se trata de la obra y de su crecimiento. Todos tenemos que servir en la iglesia auxiliando en las áreas que requieren atención a pesar de que no tengamos dones, pero no tenemos que hacernos a la idea de estacionarnos en esas áreas para siempre, sino solo cubrir el área en lo que llega el creyente indicado con el don específico para poder hacer crecer dicha área. Como creyentes obedientes cubrimos necesidades, como creyentes con un don producimos fruto.
COMIENZA ATRABAJAR EN BASE A TUS DONES
Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone., (V.8)
Aquí encontramos dos principios importantes para comenzar a producir fruto.
El primer principio es la Formación. Cavar y abonar es darle la formación adecuada, cavar era el trabajo de extraer la tierra para hacer un hoyo, en el cual se pone el fundamento, “semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca” Lucas 6:48. Necesitamos primeramente retirar todo aquello que nos impide poder poner abono o fundamento, tenemos que romper con la mentalidad de que no hay áreas en la iglesia en las cuales poder servir, como dijimos no se trata solo de cantar y predicar, hay una gran cantidad de áreas en las que se pude servir, un impedimento ha sido el poco enfoque hacia los dones espirituales, y la limitación de ellos, la información de los dones que se nos ha dado ha sido interesante pero no nos han dicho como,
En primer lugar porque se tiene el concepto de que cualquiera puede actuar en cualquier don solo necesita hacerlo, y sin embargo no es posible, Pablo mismo dijo que no podíamos hacer trabajos de otros dones que no nos pertenecen 1 Corintios 12:30, no podemos operar efectivamente en dones que no son nuestros, esto produce una gran cantidad de creyentes frustrados porque no les salen bien las cosas, obviamente esto no es una escusa para no poder ayudar en la iglesia, esta también es la explicación en porque no todos asisten al día de oración, o al día de enseñanza, o al día de evangelismo, simple y sencillamente no sienten atracción por lo que no es su don, le director de oración se molesta porque no todos llegan a la intercesión y hasta los tacha de carnales, sin embargo el maestro de discipulado se molesta con el porqué no asiste a la enseñanza, no podemos funcionar perfectamente en áreas para las que no tenemos dones, puedo recoger algunas cosas con mis pies, esto equivale a un creyente que apoya en la necesidad de la iglesia en lo que llega alguien con el don (mano) pero no puedo tomar un vaso de agua con el pie y beberlo, mis pies no pueden sustituir completamente las tareas de mis manos, esto equivale al creyente que se niega a dejar un área para la cual no posee dones.
En segundo lugar nos han limitado los dones espirituales a solo nueve, 1 Corintios 12 así que si no profetizo, no hablo en lenguas, no interpreto, no sano enfermos, no hago milagros, no tengo fe sobrenatural, no tengo ciencia ni sabiduría, y no discierno espíritus, francamente no puedo hacer nada, y lo peor cualquier otro habilidad que tenga no se me considera espiritual, y siendo objetivos muchos cristianos no trabajan en estos nueve dones, así que las áreas de trabajo se nos reducen, y el creyente no tiene más opciones para servir, pero la realidad es que el termino don que encontramos en 1 Corintios 12 es la palabra griega carisma y es la misma que aparece en otras partes de la biblia, (Ro 12.6; 1 Co 1.7; 12.4,9,28,30,31; 1 Ti 4.14; 2 Ti 1.6; 1 P 4.10) de tal manera que los dones en Romanos 12 deben ser considerados carismas es decir dones espirituales esto nos abre mas áreas de trabajo para nuestra iglesia y haciendo una búsqueda concienzuda de los dones encontramos que hay aproximadamente treinta áreas para las cuales Dios ha dotado con dones a sus hijos, esto permite que en la iglesia muchos de los que pasan su vida solo observando encuentren un trabajo que realizar y una motivación para servir.
El segundo principio es la evaluación. “déjala todavía este año,” Si alguien cree tener un don debe pasarlo por la prueba del tiempo, debe establecer un tiempo determinado en el que trabajara, y después verificar si realmente ha dado resultados, si cree tener el don de evangelismo al tiempo establecido debe tener conversos, si cree tener el don de sanidad al tiempo establecido debe haber visto curaciones, si cree tener el don de enseñanza al tiempo establecido debe ver los resultados, si no establecemos un tiempo determinado de trabajo no sabremos qué tan efectivos o inefectivos somos en determinada área, es necesario evaluar los efectos de nuestro trabajo, o puedo estarme engañando con creer poseer un don y no ser así, es importante que durante este tiempo se aprenda a escuchar a los demás creyentes, pues ellos son los que confirmaran nuestro don, el don no solo se evalúa por lo que yo siento sino también por lo que opinan los demás, si cada vez que canto los demás se tapan los oídos tengo razones evidentes para saber que no fui llamado a cantar, si cuando enseño se duerme la gente, es claro que no soy maestro, si cuando profetizo no se cumple nada es claro que no soy profeta, por eso debo someterme a un tiempo especifico, para perfeccionarme o para convencerme de no tener determinado don. Yo tengo el don de la enseñanza y no porque yo solo lo crea, sino porque me lo confirman una gran cantidad de creyentes que continuamente aprenden a través de mi servicio de adiestramiento, y también por medio del ministerio profético, 1 Ti 4:14 no tengo que obligar a la gente a creerlo, el don se demuestra por el fruto (mateo 7:20).
También el tiempo nos permite rendir cuentas, es bueno que alguien nos evalué mientras estamos en proceso de descubrimiento del don, que nos oriente, que nos guie, a muchos se les hace difícil rendir cuentas de su trabajo, no les gusta someterse, ni obedecer, pero si quiero realmente crecer debo aprender a ser un buen discípulo.
TIENES QUE DAR FRUTO
Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después. (v.9)
GRADO. El fruto se produce según el grado y variación del don “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno” Mateo 13:8 es decir que no todos producen igual aunque tengan el mismo don, por ejemplo ya mencione que tengo el don de la enseñanza esto no quiere decir que soy el mejor, y que lo sé todo, por supuesto reconozco a otros ministerios excelentes en la enseñanza y aprendo de ellos, unos producen con su don a sesenta y otros a cien pero todos tienen que dar fruto, también reconozco que entre los nuevos creyentes alguno que trae el don de la enseñanza pero que tiene que pasar por el proceso de formación, los mismo ocurre con los demás dones, cada quien produce según el grado del don que tiene.
VARIANTE. por otro lado esta la variante, el grado es la cantidad de resultados que se producen, la variante es la forma en que se produce, dos arboles pueden dar la misma cantidad de manzanas, (esto es grado) pero uno las da rojas y el otro amarillas (esto es variante, hay quienes tienen el don de evangelismo y lo hacen personal, otros en la radio, otros a través de tratados, otros en cruzadas, cada uno según su variante. sin embargo en el grado que tengas y la variante que has recibido tienes que dar fruto.
Es responsabilidad de los creyentes de producir fruto, no pueden seguir pasando los años si estar funcionando en algún área de la iglesia, tienen que encontrar su lugar, y esto solo se logra a través de los dones, terminamos con algunos principios para poder encontrar tu don:
1. Tienes que ser completamente cristiano. Los dones provienen del Espíritu Santo y Él solo se encuentra en aquellos que han rendido su vida completamente al señor.
2. Tiene que intentar servir. Jamás sabrá que tiene algún don, mientras siga sentado cómodamente en su silla de la iglesia, tiene que apuntarse en los trabajos de la iglesia.
3. Tiene que evaluar. Ya mencionamos esto si se da cuenta que no está produciendo muévase y haga otra tarea, sea honesto con usted y no trate de engañarse.
4. Tienes que sentir atracción por algún área de la iglesia. “3porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” Fil 2:13 el don inicia como un deseo, ¿en qué le gustaría trabajar? Ese es el querer, solo necesita comenzar a hacerlo. ¿Qué cree usted que necesita su iglesia para crecer? La respuesta posiblemente es su don, algunos dirían orar, otros más enseñanza, otros más exhortación, otros más evangelismo, otros liberación, cada uno ve la iglesia desde su don.
5. Tienes que disfrutar del trabajo que realizas. No existe tal cosa como tener un don que no me gusta, si no te gustara el señor no te lo daría, si algo no te gusta simplemente no tienes llamado para ello. Todos los creyentes que conozco que han descubierto sus dones disfrutan como nadie su servicio en la iglesia.
6. Los demás tienen reconocer tu don. El hecho de que te guste no significa la prueba completa de que tienes el don necesitas que otros te lo digan, esta es la mayor señal para activar tu don. Jesús dijo que los demás te conocerían por lo que haces “Así que, por sus frutos los conoceréis” Mateo 7:20
7. El ministerio profético. a través de la imposición de manos del ministerio profético se confirman dones “No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. 1 Timoteo 4:14”