Bendice a tus hijos


Bendice a tus hijos

Continuamos con esta interesante historia sobre los hermanos Jacob y Esaú. En el tema anterior ya hablamos sobre la rivalidad que desarrollaron como resultado de la crianza que tuvieron. En el capítulo 26 de Génesis, Jacob compró la primogenitura de su hermano, lo que fue una transacción simbólica, pero en el capítulo 27 vemos cómo se vuelve realidad que Jacob se apropia de la primogenitura de su hermano.

Esta constante rivalidad por ocupar el lugar del primogénito de la que hemos estado hablando es, al mismo tiempo, un reflejo de la necesidad de los hijos de obtener la aprobación de los padres. Esta rivalidad no debería darse en nuestros hijos si constantemente escucharan la bendición de sus padres.

Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él respondió: Heme aquí. 2 Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte. 3 Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo y tráeme caza; 4 y hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga antes que muera. 5 Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para buscar la caza que había de traer. Genesis 27. 1-5

En el capítulo 27 de Génesis se muestra cuánta importancia tenía esta bendición. Isaac sabe que su tiempo de partir está muy cerca y no quiere irse sin dejar su bendición sobre su hijo. Independientemente de su favoritismo por Esaú, este debe ser el sentimiento que todo padre debe tener, por no irse de este mundo sin asegurar la bendición sobre sus hijos. Además, este acto era muy importante desde el punto de vista tradicional y cultural. No siempre la tradición es dañina; a veces es necesario que las familias tengan ciertas tradiciones que permitan que sus hijos sean bendecidos. Por su lado, Rebeca comprendía muy bien lo importante que era esta bendición, por lo que decidió intervenir para que Jacob fuera quien recibiera la bendición.

Esta bendición tenía un gran poder sobre la vida del hijo que la recibiera, lo que nos hace preguntarnos qué contenía esta bendición que la hacía tan especial e importante. Veamos lo que dice la Biblia.

Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío. 27 Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo:

Mira, el olor de mi hijo,
Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;
28 Dios, pues, te dé del rocío del cielo,
Y de las grosuras de la tierra,
Y abundancia de trigo y de mosto.
29 Sírvante pueblos,
Y naciones se inclinen a ti;
Sé señor de tus hermanos,
Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre.
Malditos los que te maldijeren,
Y benditos los que te bendijeren.Génesis 27:26-29

Hoy quizás no conservemos la tradición como se hacía en la antigüedad, pero aún podemos bendecir a nuestros hijos si seguimos impartiendo los elementos que componen la bendición.

Afecto físico.

Y le dijo Isaac su padre: "Acércate ahora, y bésame, hijo mío". Génesis 27:26-27.

Vemos cómo comienza esta bendición con una conexión de padre e hijo, con un contacto físico que establece la apertura para que la bendición pueda fluir. El trato físico es importante en la relación; el contacto físico es la primera expresión de amor que recibimos cuando llegamos al mundo.

Cada vez que tenemos contacto con nuestros hijos, estamos creando una conexión que los hace receptivos a la bendición. Pero no solo eso, desde el momento en que lo estamos haciendo, ya los estamos bendiciendo porque les estamos dando una carga de felicidad. Dicen que debemos dar ocho abrazos al día, que deben durar ocho segundos; estos liberan oxitocina, que es la hormona de la felicidad. Hijos felices son hijos bendecidos.

Palabras de vida

"Mira, el olor de mi hijo,
Como el olor del campo que Jehová ha bendecido." Génesis 27: 28

Las palabras también forman parte de los lenguajes del amor. No me sorprende que sean parte de la bendición. De los cinco lenguajes del amor, el contacto y las palabras creo que son los principales en nuestras vidas desde que nacemos. La primera expresión de amor son los brazos de nuestra madre y escuchar su voz.

El apóstol Pablo dijo::

"Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desanimen" Colosenses 3.21 (NTV).

El mundo es un lugar muy difícil como para que nuestros hijos reciban de nuestra boca el rechazo. Todo el tiempo se enfrentan a las críticas, al desprecio. No puede ser que en nuestro hogar se vean hundidos también en el rechazo.

Lamentablemente, las palabras dañinas se quedan más que las que motivan. Es por eso que necesitamos ser más constantes con nuestras palabras de bendición.

Afirmación de la autoestima

Dios, pues, te dé del rocío del cielo,
Y de las grosuras de la tierra,
Y abundancia de trigo y de mosto.
29 Sírvante pueblos,
Y naciones se inclinen a ti;
Sé señor de tus hermanos,
Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre.
Génesis 27: 28-29

La bendición de Isaac para Jacob en Génesis 27:28-29 es un poderoso ejemplo de cómo los padres pueden influir en la autoestima y el sentido de valor de sus hijos. Al declarar que Jacob recibiría bendiciones del cielo y la tierra, incluyendo abundancia y dominio sobre otros pueblos, Isaac estaba elevando la autoestima de su hijo y afirmándolo, para que él se visualizara como alguien honorable y respetado.

Ese tipo de mentalidad el pueblo hebreo desarrolló por mucho tiempo, en palabras de David decían: "¿Cómo puede este incircunciso hablar así del pueblo del Señor?" Creían lo que se decía de ellos. Si nosotros afirmamos la autoestima de ellos, no dejarán que los pisoteen, no se conformarán con poco, no se intimidarán ante sus compañeros, buscarán ser los mejores promedios, no necesitamos decirles "esfuérzate", tienes que decirles que están destinados para ser alguien grande y eso los motivará.

Isaac estaba infundiendo en Jacob un sentido de valor y confianza en sí mismo que sería fundamental para su éxito futuro.

Los padres pueden aprender mucho de esta bendición al reflexionar sobre la importancia de asegurar que sus hijos se sientan seguros y valorados en su futuro. Al igual que Isaac, los padres pueden impartir palabras de afirmación y aliento que fortalezcan la autoestima de sus hijos y les ayuden a desarrollar una sólida base de confianza en sí mismos.

Pero no se trata de solo decirles "tú vas a ser grande", se trata de decirles las razones por las que nosotros lo creemos, nuestros hijos son inteligentes y saben cuando un padre dice las palabras desde el amor y cuando las dice desde la convicción. Para que un padre vea el futuro en sus hijos tiene que tener una visión clara sobre ellos. Isaac imaginó un campo y lo visualizó, ¿qué es lo que ves en tus hijos? Además, debes tener claro como ya dijimos en temas anteriores sus dones y habilidades, cuando se las refuerzas les declaras aquello en lo que son capaces de convertirse. Un padre debe hablarles del futuro, los hijos pueden ver el presente pero los padres podemos ver el futuro. Los padres podemos ver aquello en lo que se convertirán.

Debemos concluir que el contacto, las palabras y las declaraciones no son suficientes si en la práctica no van respaldadas de nuestro completo apoyo hacia ellos.

Bendiga a sus hijos todos los días, pero también esté atento a cómo van evolucionando. Tenga presente lo que los anima y lo que les resta valor. Conviértase en su guardián y no permita que el mundo derribe en poco tiempo lo que usted ha construido en ellos. Trabaje para encontrar oportunidades que les permitan crecer y desarrollarse, identificando sus intereses, talentos y pasiones, e inscribiéndolos en actividades que los fomenten.

No deje de reconocer y elogiar sus logros, por pequeños que sean. Esto los motivará a no rendirse y a seguir adelante. Finalmente, transmita una base espiritual sólida a sus hijos, hablándoles sobre el amor incondicional de Dios y su plan para sus vidas. Anímelos a confiar en Dios en los momentos difíciles y a buscar Su guía y dirección en todo lo que hagan. Ayúdelos a entender que siempre tendrán el amor y el respaldo de Dios, independientemente de las circunstancias.

Hoy comprométase con sus palabras al respaldarlas con acciones concretas que apoyen el crecimiento, la autoestima y el desarrollo espiritual de sus hijos, asegurándose de estar presente y ser un un punto de apoyo de amor y guía en sus vidas.

No hay comentarios:

coméntanos si te ha sido de utilidad esta publicación,